Diario Palentino acaba de cumplir
135 años, 135 años que son de todos porque son parte de nosotros, un retrato
continuo de los palentinos (y de las palentinas, como diría el cursi) y de
nuestra evolución, de nuestros muchos sinsabores y de algunas alegrías,
generalmente más escasas. Asomarse a las páginas de nuestro periódico es
pasearse diariamente por nuestra geografía, por sus inquietudes y sus
vicisitudes.
Tengo el honor de haber puesto mi
humildísimo granito de arena en su sección de opinión durante veinte de esos
años, viendo cada vez que me acercaba a la redacción cuánto esfuerzo ponen a
diario sus profesionales para sacar adelante una de las instituciones locales y
provinciales con más solera y más querida por los ciudadanos. Es inevitable hacer
llegar mi felicitación por el cumpleaños a todos los amigos que allí dejé.
Con su trabajo, en ese retrato
continuo de Palencia que decía al inicio, uno contempla la belleza de nuestra
provincia, de norte a sur, y el esfuerzo cotidiano por salir delante de los
ciudadanos, que a veces tiene más de ejercicio de supervivencia que de
vivencia. Cuando llegan estas épocas del año a mí me entran unas ganas enormes
de alabar las bellezas de los pueblos del norte, de esa recóndita montaña
palentina, tal vez porque para meseta ya tuve bastante en mi infancia y
juventud. Durante un instante siento ansias de mudarme a Brañosera, a La
Pernía, a Valdivia…
Pero se me pasan enseguida, vivir
allí es para súper héroes hechos de una madera especial, con unas dificultades
especialmente grandes, para héroes, ya digo. La nuestra es una provincia de
llegar, ver y escapar. Es bellísima, pero las distancias, las carreteras, los
servicios, los hospitales, supermercados, tiendas, todo eso que llamamos
calidad de vida, quedan muy lejos. Estamos configurando nuestra provincia en el
vacío, así que enseguida se me pasan esas ganas y simplemente me las aguanto
hasta la siguiente escapada. Eso, estamos haciendo una provincia de escapada,
de “tente mientras cobro”, de oración del funcionario: “Señor, que aguante sin
romperse hasta el próximo turno”.
Y eso que la actividad parece
frenética a pesar de que la primavera es solo un solemne recuerdo y un etéreo
deseo y las heladas ya han empezado a dejarnos su hosco saludo matutino. En las
páginas de Diario Palentino uno no deja de encontrarse con maratones, jazz,
encuentros de vehículos clásicos, celebraciones, inversiones… la vida, en
definitiva, que sale a nuestro paso cada día.
Y sin embargo Palencia se muere,
como todo el interior de España. No, amigos oyentes, no voy a volver a machacar
sus estimados oídos con esta cantinela de la despoblación ya repetida otras
veces, aunque sigue siendo dolorosamente verdad. Hoy, sin embargo, quiero
resaltar el reverso de esta moneda, cómo otros, mucho más ricos que nosotros,
más prósperos, más habitados, más industrializados, con futuro, con vida,
reclaman del Estado más dinero, más inversiones, más actuaciones, más
implicaciones, más compromisos. Los más ricos, quieren más, lloran más y encima
nos insultan, nos amenazan y nos desprecian… y con la colaboración de
políticos, suyos y nuestros, a los que no voy a calificar porque quiero salir
de casa tranquilamente, lo van a conseguir.
Todo lo que se les ha dado hasta
ahora no es suficiente, todo lo que se les ha dado hasta ahora ha impulsado su
crecimiento e impedido el nuestro, todo lo que se les ha dado hasta ahora ha
asegurado su progreso y limitado el nuestro. A pesar de lo cual hay entre
nosotros mismos partidos políticos empeñados en que los pobres no somos justos
con los ricos, en que los siervos no somos solidarios con los amos, en que los
que han tenido que emigrar, castellanos como nosotros, por ejemplo, imponen su
cultura por la fuerza. Como las neuronas se me están alborotando lo dejo ahí,
señores, ustedes verán.
135 años representan muchos miles
de fotografías, informaciones, análisis de Palencia hechos cotidianamente, es
una minuciosa descripción de nuestros avatares a caballo de dos siglos, un
retrato detallado de nuestra evolución. Enhorabuena a ese enorme equipo de
profesionales que día a día nos lleva a casa todo cuanto sucede del Peñalabra
al Cerrato.
Y si ustedes quieren más guerra, en twitter me tienen a su disposición, @pedrodehoyos se despide hasta la semana
que viene.
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