Palencia es una emoción:

03 mayo 2017

La España que nos hace sonrojar

A estas alturas del siglo XXI todos somos conscientes desde hace mucho tiempo de la importancia de la televisión en la evolución social de España. Hay determinados programas que no solo nos influyen en nuestros modos y actitudes vitales sino que también son una especie de ventana por la que podemos contemplar como nuestra sociedad va cambiando.

Porque no se nos olvide que “Gran Hermano” o “Supervivientes” tienen más poder didáctico que el entero sistema educativo español. Con una ventaja añadida: una parte de los espectadores de “Sálvame” (Es solo un ejemplo, pongan ustedes el programa que quieran) no son conscientes de que están siendo educados en la más chabacana mediocridad y no ponen barreras o dificultades a esa educación, se ofrecen a su desvergonzada influencia absolutamente inermes, para repetir luego sus modelos y esquemas sociales en su propia vida cotidiana. España se está embruteciendo y muchas veces se observa una preferencia generalizada por lo ordinario, lo canalla, lo que en otras sociedades sería marginal. Y me refiero a modas, actitudes, vocabulario u otro tipo de respuestas sociales en las que lo bajo, zafio y sanchopancesco se impone sobre maneras más serias, responsables y cuidadas. Y añadan aquí muchas (no, no todas) de las series de ficción producidas en España, en las que las risas populares vienen siempre aseguradas por diálogos brutos y pedestres hasta la saciedad.

Y es que hoy, amigos oyentes, me he fijado en una noticia marginal, poco importante, de esas que en los periódicos aparecen sumergidas entre las trascendentes, esas de los grandes titulares de los que somos conscientes de que marcan nuestras vidas. La noticia dice: “Telecinco lideró la audiencia también en abril, con caída de las TV generalistas y récord de las TV de pago”.

Y sin embargo esta noticia poco importante me parece una válida descripción de nuestra sociedad, del rumbo que hemos tomado. O que han tomado por nosotros.  Porque la televisión, sus tendencias, nuestras preferencias en definitiva, manifiestan a las claras cada noche qué tipo de sociedad somos, nuestros intereses, nuestra cultura. Ya, esta noticia no tiene la importancia de las decisiones políticas, esas que abren las portadas con grandes titulares, pero, insisto, describe parte de la podredumbre de nuestra sociedad y de los esfuerzos de algunos por librar se de ella.

A este pobre observador de la sociedad le parece que si programas como “Supervivientes”, “Gran Hermano” y otras telebasuras diversas marcan las diferencias con otras cadenas demuestra que no siempre la mayoría tiene la razón, que la mayoría solo significa cantidad pero no calidad. Que haya una mayoría de personas que estén encantadas de ver a Paz Padilla llamando tonta a Belén Esteban solo demuestra que la democracia tiene sus límites. Bueno, también demuestra que somos un país muy muy bruto, que a muchos nos hace sonrojar.

Pero la noticia no termina ahí: aunque la televisión generalista sigue siendo el medio de entretenimiento más habitual entre los españoles, su caída de espectadores, la de todas las cadenas, debería hacer reflexionar a quien esté al mando de estas cosas. Parece que algunos ciudadanos, todavía una minoría, saben dónde está el límite entre la burrez y la… la normalidad, entre la miseria moral y la ética mínima. Y empiezan a echar a correr, abandonando las teles “normales” y buscando otras soluciones, dejando cada vez menos espectadores ante la soplapollez generalizada que las cadenas nacionales nos ofrecen cada tarde.

Resulta que un 23% de televidentes ha elegido huir de la televisión gratuita y prefiere pagar un pellizco de su sueldo por no verlas, es decir, por ver otras cosas. Quiero creer que es una elección debida a la consciencia y a la exigencia de quienes no se conforman con educarse con Bigote Arrocet, María Teresa Campos o Rosa Benito. Y lamentablemente también es una elección debida a una mayor capacidad adquisitiva.

En fin, señores, que España es “asín” y lamentablemente nos da juego para muchas cosas. ¿Qué tal si la semana que viene hablamos de que casi un 50% de trabajadores españoles no llega a los mil euros mensuales y sin embargo dicen que estamos saliendo de la crisis? Sí, de los trabajadores; añadamos a los que están en paro.


Hasta la semana que viene; si ustedes quieren algo más, en twitter me tienen a su disposición. @pedrodehoyos se despide hasta cuando corresponda.

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