A estas alturas del siglo XXI todos somos conscientes desde hace mucho tiempo de la importancia de
la televisión en la evolución social de España. Hay determinados programas que
no solo nos influyen en nuestros modos y actitudes vitales sino que también son
una especie de ventana por la que podemos contemplar como nuestra sociedad va
cambiando.
Porque no se nos olvide que “Gran Hermano” o “Supervivientes”
tienen más poder didáctico que el entero sistema educativo español. Con una
ventaja añadida: una parte de los espectadores de “Sálvame” (Es solo un
ejemplo, pongan ustedes el programa que quieran) no son conscientes de que
están siendo educados en la más chabacana mediocridad y no ponen barreras o
dificultades a esa educación, se ofrecen a su desvergonzada influencia
absolutamente inermes, para repetir luego sus modelos y esquemas sociales en su
propia vida cotidiana. España se está embruteciendo y muchas veces se observa
una preferencia generalizada por lo ordinario, lo canalla, lo que en otras
sociedades sería marginal. Y me refiero a modas, actitudes, vocabulario u otro
tipo de respuestas sociales en las que lo bajo, zafio y sanchopancesco se
impone sobre maneras más serias, responsables y cuidadas. Y añadan aquí muchas
(no, no todas) de las series de ficción producidas en España, en las que las
risas populares vienen siempre aseguradas por diálogos brutos y pedestres hasta
la saciedad.
Y es que hoy, amigos oyentes, me he fijado en una noticia
marginal, poco importante, de esas que en los periódicos aparecen sumergidas
entre las trascendentes, esas de los grandes titulares de los que somos
conscientes de que marcan nuestras vidas. La noticia dice: “Telecinco lideró la
audiencia también en abril, con caída de las TV generalistas y récord de las TV
de pago”.
Y sin embargo esta noticia poco importante me parece una
válida descripción de nuestra sociedad, del rumbo que hemos tomado. O que han
tomado por nosotros. Porque la
televisión, sus tendencias, nuestras preferencias en definitiva, manifiestan a
las claras cada noche qué tipo de sociedad somos, nuestros intereses, nuestra
cultura. Ya, esta noticia no tiene la importancia de las decisiones políticas,
esas que abren las portadas con grandes titulares, pero, insisto, describe
parte de la podredumbre de nuestra sociedad y de los esfuerzos de algunos por
librar se de ella.
A este pobre observador de la sociedad le parece que si
programas como “Supervivientes”, “Gran Hermano” y otras telebasuras diversas
marcan las diferencias con otras cadenas demuestra que no siempre la mayoría
tiene la razón, que la mayoría solo significa cantidad pero no calidad. Que
haya una mayoría de personas que estén encantadas de ver a Paz Padilla llamando
tonta a Belén Esteban solo demuestra que la democracia tiene sus límites. Bueno,
también demuestra que somos un país muy muy bruto, que a muchos nos hace
sonrojar.
Pero la noticia no termina ahí: aunque la televisión
generalista sigue siendo el medio de entretenimiento más habitual entre los
españoles, su caída de espectadores, la de todas las cadenas, debería hacer
reflexionar a quien esté al mando de estas cosas. Parece que algunos
ciudadanos, todavía una minoría, saben dónde está el límite entre la burrez y
la… la normalidad, entre la miseria moral y la ética mínima. Y empiezan a echar
a correr, abandonando las teles “normales” y buscando otras soluciones, dejando
cada vez menos espectadores ante la soplapollez generalizada que las cadenas
nacionales nos ofrecen cada tarde.
Resulta que un 23% de televidentes ha elegido huir de la
televisión gratuita y prefiere pagar un pellizco de su sueldo por no verlas, es
decir, por ver otras cosas. Quiero creer que es una elección debida a la
consciencia y a la exigencia de quienes no se conforman con educarse con Bigote
Arrocet, María Teresa Campos o Rosa Benito. Y lamentablemente también es una
elección debida a una mayor capacidad adquisitiva.
En fin, señores, que España es “asín” y lamentablemente nos
da juego para muchas cosas. ¿Qué tal si la semana que viene hablamos de que
casi un 50% de trabajadores españoles no llega a los mil euros mensuales y sin
embargo dicen que estamos saliendo de la crisis? Sí, de los trabajadores; añadamos a los que están en paro.
Hasta la semana que viene; si ustedes quieren algo más, en
twitter me tienen a su disposición. @pedrodehoyos se despide hasta cuando corresponda.
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