Desde el primer momento me pareció que el documental sobre la vida íntima, sobre la vida íntima “mostrable”, de los reyes era un error. Cualquier cosa que se haga oficialmente en nombre de los reyes o a favor de ellos es un error. Desde que a todo el mundo le ha dado por ejercer la libertad de expresión, las hordas tuiteras tienen mucho poder y se sabe siempre que las más activas son siempre las contrarias, las rebeldes, las insumisas, las de la mala leche, algo así como en las reuniones de vecinos llevan siempre la voz cantante, o al menos la voz protestante, aquellos del colmillo retorcido, los que dan más guerra y más voces. De la misma manera que para cazar hace falta un permiso también se debería exigir algo semejante para tuitear .
Con la familia real ha pasado lo mismo. Han sacado sus garras todos aquellos que tenían algo que decir… algo que decir en contra, claro está.
El error es de la casa real. En ese reportaje, casi podría decirse que era el Nodo en formato digital, solo aparece una familia tradicional, con un padre y una madre. Con dos hijas guapas, estudiosas y normales ¡Habrase visto desfachatez semejante! Una familia tradicional en Esopaña… ¿Cómo se atreven? ¿Donde aparece en ese reportaje un transexual, una persona desharrapada, alguien con crestas en el pelo, alguien sucio, inculto, bruto? ¿Dónde sale en ese reportaje alguien que insulte a las fuerzas del orden, que okupe casas, que lleve anillos en la nariz? ¿Alguien que lleve tatuajes?
Lo dicho, el error es solo de la Casa Real, la próxima vez deberán callarse o simular que las hijas montan una escena de falta de respeto a sus padres, que visten camiseta de tirantes o que si ven a un político de derechas por la calle se irán a acosarle. Que aprendan.
(A la hora de preguntar por la aparición de alguien marginales con tatuajes, crestas, favorable a los okupas… iba a añadir o “alguien que esté por el aborto”, pero no, no lo pregunto)
1 comentario:
Quizá hubiera sido más sensato abstenerse de este comentario, sobre todo el título del mismo. Porque no es malo que la Casa Real muestre de qué lado está.
Cada vez que el Rey habla vemos que dice o insinúa lo que no se atreven a decir o insinuar otros poderes del Estado. El deber de estos sería defender las virtudes y valores que sobreviven en el pueblo español, más que en mirar hacia otro lado y darles televisiones a los puigdemones, a los grupos adoctrinadores anti-vida y a las nekanes.
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