Salen estos días los periódicos propagandistas del catalanismo echando los pies por todo lo alto con lo mucho mucho que Cataluña contribuye a los esfuerzos económicos “del Estado” y lo poco que recibe a cambio. Y los socialistas, supuestos adalides de la justicia y de la igualdad, tuitean y retuitean escandalizados, dando argumentos a los jumentos (perdón, no me he podido resistir) del separatismo.
Para ser breve no voy a detenerme en que las regiones no pagan impuestos, sino los individuos. Y siguiendo la lógica, paga más el que más tiene, el más rico, el más poderoso, para apoyar a los más débiles. No, ni Cataluña ni Galicia ni Extremadura pagan impuestos. Y esos impuestos pagados por cada individuo se reparten en función de las necesidades sociales. Por cierto, no son las mismas en Cataluña que en Castilla y León, despoblada, desindustrializada y envejecida.
Igual que ha salido Iceta y el PSC a defender esta estúpida tesis que le beneficia ¿por qué no ha salido el PSOECYL a defender a los castellanos? ¿Está mal visto defender a los propios? Podían empezar por reivindicar la existencia de Castilla, despedazada en cinco regiones, o al menos podían reivindicar las inversiones del Estado en nuestra depauperada región. Las carreteras, el cartero, la medicina y tantos otros indicadores de calidad de vida deben llegar a todos los ciudadanos españoles, aunque vivan en un pueblo de treinta habitantes, y para eso los más afortunados económicamente deben pagar más. Qué más quisiéramos los castellanos que pagar más impuestos, más aún de los que ya pagamos.
Por cierto, una buena parte de esos impuestos que supuestamente paga Cataluña en realidad son pagados por castellanos que tuvieron que emigrar para sobrevivir, castellanos que crean riqueza y pagan impuestos en Cataluña en vez de crearla y pagarlos en su pueblo, del que tuvieron que emigrar por el abandono institucional.
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