Palencia es una emoción:

10 octubre 2018

En la fiesta nacional española


Una de las cosas que jamás he entendido de la izquierda española es que no se sienta orgullosa de ser española. Se identifica, torpe y franquistamente, a lo español y al que se siente español con fascismo y nacionalismo. En Francia tienen suerte. O son más listos. A su nacionalismo lo llaman “chauvinisme” y quedan como Dios.

Amar al propio terruño es lo normal, lo lógico, lo natural, sin que eso nos quite lamentarnos de las barbaries que suceden en otros lugares o acoger a quien ordenada y legalmente lo necesite. En Estados Unidos (incluso antes de Trump, oiga) es normal sentirse “americano” (como si toda América fuese suya) y respetar solemnemente los símbolos nacionales. Y en Sudán. Y en Guatemala y Guinea Bissau. Y en Holanda, Bélgica, Italia, Alemania, China, Rusia, Australia o Afganistán. Y en Ecuador, Portugal, Marruecos, Egipto, Israel, Polonia, Túnez, India o Pakistán.

En todas partes menos en España. Cosas de España y de algunos españoles. Inútil decirles que nuestra historia es al menos tan excelsa como la de Inglaterra, Islandia, Canadá, Turquía, Georgia, Colombia, Eslovaquia o Rumanía. Y muchas veces mejor. De la leyenda negra dos apuntes: Primera: En las colonias españolas todavía hay países con presencia altísima de razas indígenas, cosa que no sucede en las colonias inglesas o francesas, por ejemplo. Segunda: juzgar lo ocurrido hace 400 o 500 años con los criterios éticos y morales del siglo XXI es de brutos ignorantes, analfabetos filosóficos y mastuerzos históricos.

Item más: somos de los mejores países para tener hijos, para ser mujer o para enfermar, ustedes perdonen. Somos el primer país del mundo en generosidad: somos los que más órganos donamos.

Sí, tenemos nuestros puntos negros, ahora y en la historia: díganselo ustedes a la Alemania que provocó dos guerras mundiales, a la Bélgica racista en sus colonias o al país en el que los negros no podían sentare en el autobús al lado de un blanco.

Y sin embargo nuestra izquierda se avergüenza, se esconde y se camufla el día de la fiesta nacional. Sí, soy sincero, a parte de la derecha le interesa más Suiza que España. ¿Y? Lo de España solo ocurre en España. Por alguna parte debe haber una izquierda española que no le importe ir a la fiesta nacional, respetar la bandera y sentirse española. ¿Dónde? En el Parlamento no, desde luego.

No sé si es la primera vez que ocurre, me da igual si esto lo ha hecho antes el Pepé o el Papá, me la trae al pairo, ustedes perdonen la brusquedad, pero este año no hay campaña institucional ni mensaje de unidad, de alegría de gloria, de jolgorio para celebrar el doce de octubre. No, no toca. Toca estar callados, no se puede “calentar” la fiesta nacional española. ¿Es de fachas?

Yo quiero ser guineano, ecuatoriano, venezolano, chino o japonés. Tal vez suizo o sueco, quizá noruego o danés. No me importaría ser vietnamita, iraní, uzbeko, etíope, angoleño o cingalés. Yo quiero ser de un país que no se avergüence de ser país.

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