Palencia es una emoción:

08 diciembre 2006

Españoles, el Gobierno tiene razón

Como voy a hablar de la bandera de España y obviamente voy a hablar bien ya doy por descontado lo que algunos lectores me van a llamar. Para aquellos amigos que me lean desde el extranjero debo decir que el mío es un país muy original. En España la derecha se apropió egoístamente de la bandera y del sentimiento nacionales durante el Régimen de Franco y desde ese mismo momento los abandonó muy generosamente la izquierda. ¿Hay quién encuentre más cerrazón en menos tiempo? Aunque España y su bandera nos siguen representando a todos no es bien vista por todos. Y en esta ocasión no me refiero a la obvia situación de los independentistas de diverso cuño que tanto se ofenden si alguien les dice que son españoles, sólo me refiero a ciudadanos españoles plenamente convencidos de serlo.
Resulta algo incomprensible pero muy lógico si entendemos que vivimos en un país en el que sentirse español puede en algunos lugares significar que a uno lo excluyan socialmente o que lo cataloguen como “facha” perdido. Aún están recientes las expresiones de Artur Mas que calificó de españolista al presidente de la Generalidad catalana por ordenar la reposición de la bandera de España que había retirado un compañero de su gobierno, miembro de la independentista Esquerra Republicana de Cataluña. Tampoco se me olvidan otros comentarios en los que se relacionaba pobreza, económica y cultural, conste, con las personas que hablaban castellano en vez del otro idioma de las islas Baleares.
Y perdónenme que añada un cuentecito más que viví personalmente hace unos meses: Un amigo me estaba enseñando con muy legítimo orgullo las flores que con esmero cuidaba y mimaba para que adornaran su jardín. Después de ensalzarme los diversos macizos que había plantado y de mostrarme las esperanzas que tenía en ellos me señaló otro grupo de flores que tenía en el centro de su jardín rodeando un madroño que se había hecho traer y dijo: “Ésas son .... (dijo el nombre) pero no terminan de convencerme, porque son rojas y amarillas y yo de facha, nada”.
Bueno, pues que el nuestro sea un país tan raro se debe la tradicional estupidez de la que nuestras derechas e izquierdas se saben rodear con harta frecuencia. Acabamos de celebrar el aniversario de la Constitución y como todos los años en la plaza de Colón se ha izado la bandera de España, la enorme bandera de España, aquella enorme bandera de España que el PSOE rechazó en su momento porque.... esto... porque.... era muy grande y porque... eso, porque era muy grande, lo que sin duda debía ser malo para España. Hay que ser imbéciles, digo yo.
Pues hoy después de varios siglos de dominación zapaterista la bandera sigue siendo la misma que tanto criticaron algunos. Bueno, no, eso no se lo puedo jurar a ustedes, me imagino que en realidad la habrán sustituido, que digo yo que los vientos de una plaza tan abierta y amplia como la de Colón habrán causado mil averías en tantos metros y kilos de tela. Pero lo que sí les puedo asegurar es que el PSOE que tanto criticó tan obtusamente el tamaño de la enseña no ha recortado ni uno sólo de sus metros cuadrados. Me alegra poder decir: “Españoles, el Gobierno ha acertado”
Vivimos en un país en el que la derecha fue tan estúpida y ciega como para querer quedarse con el monopolio del amor a la patria al tiempo que la izquierda fue tan majadera y cerril como para darle la razón en nombre del internacionalismo proletario.
Si ahora, tantos años después, echamos un vistazo a la realidad contemporánea, ¿hemos mejorado algo?
Y ahora ya pueden empezar a llamarme esas cosas tan habituales.

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