Palencia es una emoción:

27 marzo 2007

Viva Francia, viva Ségolène, viva la Marsellesa

Y ustedes me sabrán perdonar el arranque gabacho que he tenido pero siempre he sido un pelín francófilo, qué le vamos a hacer. Aprendí francés con diez años, representé a Molière en francés con diecisiete y desde entonces poco a poco me he ido enamorando de Francia. A pesar de Francia, tal vez. Francia significó en mi juventud Europa, la cultura y cierta carencia de barreras, y no estoy hablando de política ni del franquismo de aquellos años. Tampoco de Marianne, ni del verano que nos pasamos en el pajar de mi tío. Francia era otra cosa, era el barrio latino y el Campo de Marte y la Catedral...
Y en éstas llegó Ségolène y mandó tocar la Marsellesa. Y todo el mundo se puso de pie y entonó el himno francés. Esta vez no había nazis y Rick’s debía haber cerrado porque ya no había que cobijar a la resistencia ni esconder ningún salvoconducto en el piano. Pero la candidata del PS francés ha decidido reivindicar el himno y la bandera como señas de su proyecto presidencial, como iniciativa fundamentalmente electoral. Lo ha incorporado a sus mítines y ella misma lo entona en ocasiones.
Y dice: “ La idea de la Patria, de la nación, del himno y de la bandera no son ni pueden ser patrimonio de la derecha ni de la extrema derecha. Forman parte de nuestra identidad, pero no deben emplearse con un enfoque excluyente, sino como un instrumento de conciliación y de integración”.
Yo, Pedro de Hoyos, casado y mayor de edad, en pleno uso (por el momento y mientras Polanco no diga lo contrario) de mis facultades mentales pido:
1. Hacerme francés desde hace cuarenta años,
2. Que Zapatero tome ejemplo,
3. Que Zapatero no la llame fascista ni “De Gaulleista”,
4. Que Pepe Blanco se ajuste bien las gafas, tome nota y aprenda.

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