Palencia es una emoción:

07 octubre 2008

El PP no gana ni jugando contra nueve

Como está mil veces demostrado la mayoría de los españoles tiene su voto previamente entregado a un partido y por muy mal que vayan las cosas es difícil que pueda cambiar su voto. Puede que no lo seamos en otros terrenos, pero en eso de las urnas sí que somos extremadamente fieles. Las estadísticas demuestran que sólo una pequeña parte de votantes cambia de opinión a la hora de votar según vayan las circunstancias políticas. Es por lo tanto una relativamente pequeña proporción de españoles la que quita y pone gobiernos.

Pero más que “circunstancias políticas” deberíamos hablar de circunstancias económicas. Estoy plenamente convencido de que esa pequeña parte de españoles de la que dependen los gobiernos piensa básicamente que “la pela es la pela”. Que esos españoles se fijan más que nada el estado del bolsillo para decidir el voto y que temas como el aborto, los derechos y las libertades les importan un comino. “Pasan” por completo de la orientación de la evolución social. Cortos de miras, a mi parecer, piensan que ande yo caliente y el que venga detrás que se joda.

Pero ya me estaba enrollando, que lo que quería comentarles hoy es que el PSOE ha perdido un millón de votantes debido a la actual situación económica (Yo no me atrevería a llamarla “crisis” mientras no lo haga quien lo tiene que hacer. ¿A qué esperará?) sin que eso signifique que el PP consiga situarse por delante. Miren que ni a Felipe II se las ponían así y ni por esas ganan. Hay que ser cazurros para no darse cuenta de que algo falla.

Ni con todo lo que está cayendo, ni con todo lo que está por caer, consigue Rajoy y sus muñecas de Famosa ponerse por delante. ¿No habrá nada que hacer? Están los ciudadanos deseosos de encontrar una alternativa a este gobierno paralizado, incapaz y torpe y no lo encuentran. ¿Será que no la hay o que los que tenían que plantearlas no saben por dónde se andan?

He salido este sábado pasado a comprar al centro de la ciudad y me he dejado caer por el negocio de un antiguo amigo de juventud, reconvertido ahora en comerciante, que tras preguntarme muy amablemente qué tal me iba se vio en la obligación de responder a semejante pregunta mía. En su sincera y prologada respuesta no había indignación, ni cabreo ni mala leche… sólo resignación y encogimiento de hombros. No salían grandes insultos de su boca a los presuntos responsables de esta avería sino un sentimiento de ofensa y malestar por haber sido engañado previamente… “Ahora, sólo ahora, está saliendo lo que hay, qué mal está la cosa, Pedro.”

Pues a pesar de “lo mal que está la cosa” el PP sigue detrás del PSOE. ¿Qué tendrá que ocurrir para que los conservadores españoles puedan alcanzar el poder? ¡Cuánto tienen los bustos parlantes del PP que aprender de Pepiño y sus airgamboys socialistas! En esto del agit-prop siempre han sido maestros, acordémonos de Alfonso Guerra y la cantidad de motos sin ruedas que nos ha vendido. No sé si el mensaje es el medio o si el mensaje es el voto, pero en el terreno de la comunicación el PP tiene mucho que aprender de la maquinaria socialista. No llega el mensaje popular a las masas, ni se recuerda quién es el representante del PP en las Cortes ni se conoce una idea popular contra la crisis; el votante neutral tiene que estar muy convencido de las maldades de Zapatero para preferir votar a Rajoy. Las masas sociales populares carecen del entusiasmo de los socialistas y parecen alicaídas y distraídas.

Mientras el mensaje socialista (qué malos son los americanos que nos han arruinao, qué malos son los del PP que esperan que caiga el edifico pa quedarse con el solar) viaja por las autopistas de la comunicación moderna hasta la más remota aldea castellana, la imagen del PP parece viajar en aquellos borricos llenos de mataduras y cuyas costillas se podían contar a simple vista.

Así es imposible que ganen los que no pierden votantes. El PP tiene un problema como los equipos de fútbol que no ganan ni jugando contra nueve.

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