Palencia es una emoción:

15 abril 2009

Tiembla, Europa, llega Maleni

La tradición dice que una de las mejores maneras de quitarse de encima a alguien molesto o inútil es darle la patada p’arriba. La tradición también dice que el Parlamento europeo es el lugar en el que se entierra a aquellos políticos de los que alguien poderoso quiere deshacerse. Que tiemble Europa, Zapa les envía a Magdalena Álvarez.

De Parlamentario Europeo se debe vivir muy bien, a mí me gustaría serlo. Con lo lejos que queda Bruselas, sin tener que rendir cuentas a nadie, sin la prensa incisiva con los ojos clavaditos en ti, tratando asuntos que a nadie interesan, a nadie preocupan… Qué bien se debe vivir de parlamentario europeo. Además, allí recluida, Maleni seguro que no puede montar ninguna de sus habituales calamidades… no puede montarla en España, que tiemble Europa.

Lo que más me molestaba de Magdalena Álvarez no era que se le hundiese el metro o que por los ojos de sus puentes no pasara ni carretera ni río ninguno. Lo que más me molestaba de Maleni no era que si empezaba un túnel por los dos extremos a la vez los caminos nunca llegaban a encontrarse… al fin y al cabo tendríamos dos túneles cuando sólo contábamos con uno, no hay mal que por bien no venga. Lo que más me molestaba de Maleni no era que preguntase por el tráfico de buques por el puerto de Pajares.

Lo insoportable de Maleni era su soberbia. Lo insoportable de Maleni era su engreimiento, lo insoportable de Maleni era su desfachatez, su orgullo, su rostro pétreo, su torpeza verbal, su ofensiva e innecesaria agresividad, su “mantenella y no enmendalla”. Lo que menos me gustaba de Maleni era Maleni.

Pertenece (tentado estoy de escribirlo en pasado, pero no me atrevo) a esa estirpe de políticos que jamás reconoce un error, pertenece a ese grupo de autosuficientes que cuando ve venir de frente a doscientos coches por una autovía piensa que se trata de doscientos gilipollas que han entrado por dirección equivocada. Pertenece al mismo grupo de intolerantes que Álvarez Cascos, del que hace un par de días acabo de escribir, ahí lo encontrarán ustedes, un poco más abajo.

No sabe Bruselas la que se le avecina, que tiemble Bélgica, que se preparen flamencos y valones, en cuantito se descuiden estalla la guerra civil. Conociéndo a Maleni como la conocemos en España sabemos que ella siempre apoyará a los flamencos, que pa eso es andaluza.

La tradición dice que el Parlamento europeo es el lugar al que se envía a aquellos políticos a los que hay que retirar. En este caso es pa echarse a temblar, Maleni es capaz de montarles un bingo a estos jubilados de oro y conseguir que ninguno cante línea. Y encima les reñiría por ello.

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