Palencia es una emoción:

17 mayo 2009

¿Dónde están, quiénes son, a qué se dedican los intelectuales de la derecha?

Soy de los que piensan que la izquierda es imprescindible. Me refiero a la izquierda tradicional, no a la de Bibiana, la Barbie abortista del PSOE, ni siquiera me refiero al PSOE, bueno, al menos no me refiero a este PSOE.

Lo malo del socialismo es que cree haberse quedado sin causas que defender, durante las pasadas vacas gordas ha creído que habían desaparecido los parias de la Tierra a los que enviar a las barricadas a defenderse del ataque violento de los señoritos de dehesa, caballo jerezano y descapotable en la puerta. Cuando el PSOE deje de mirar el vientre de las embarazadas o al sexo juvenil tendrá que poner en pie a una famélica legión de más de cuatro millones de parados para que hagan fila en el comedor de Cáritas Diocesana. Entonces pensarán que la culpa es de la derecha capitalista y habiendo hallado nuevo enemigo dejarán la entrepierna femenina en paz. El PSOE de hoy piensa más en la entrepierna que una comedia española de televisión; convenía distraerle, alguien debía decirle que a final de año habrá cuatro millones de parias cobrando el subsidio del paro.

Pero ya me había ido por los cerros de Úbeda, me parezco a Pepe Blanco cuando era portavoz del PSOE. Estaba diciéndoles que soy de los que piensan que la izquierda es imprescindible, aunque no me refería a la actual. Sin la izquierda de toda la vida, no esta izquierda permanentemente cabreada, que compra “Público” y sonríe con la pitada al himno y “al Borbón”, no esta izquierda radical alimentada por Zapatero, la mujer estaría todavía en el fogón de casa y no como Maripuri, mi vecina del sexto, que además de estar de coge pan y moja conduce un enorme autobús urbano y se acuerda de la madre de todos los asquerosos machistas que no le ceden el paso a la salida de cada parada de su recorrido. Si por la derecha fuera, Maripuri estaría todo el día en casa esperando con la comida bien caliente a que llegase su esposo, después de quitarle los mocos a media docena de hijos y acostarlos llegaría al lecho matrimonial sin fuerza moral para negarle nada a su marido, pobrecillo, que se ha pasado todo el día en la oficina, aguantando al jefe.

Si no fuera por la izquierda, la de verdad, no ésta de Zapacejas, el jefe de Estado sin duda seguiría entrando bajo palio en las iglesias y encerrando curas progres en el penal de Zamora. A la derecha no se le ve por ningún lado el menor atisbo de haber querido cambiar las cosas y capitanear una evolución de la sociedad hacia la modernidad; a la derecha la han obligado, siempre a rastras, a sumarse, casi siempre con pocas ganas, a la defensa de una modernidad que va desde los derechos de la mujer a las mejoras laborales. Si por la derecha fuera la dictadura de Franco estaría todavía sin condenar. Ah, si es verdad, el PP todavía no ha condenado a Franco; en algunos pueblos Franco, José Antonio y Mola siguen teniendo calles y plazas.

El caso es que tenemos una derecha antañona, antigua, con un líder ineficaz, que se ve asaeteada por escándalos económicos sin saber cómo hacerlos frente y vencerlos demostrando palmariamente su honestidad, el caso es que tenemos una derecha torpemente evangélica (que tu bolsillo derecho no sepa lo que ingresa el izquierdo) y que parece resignada a esperar a que sólo el paso del tiempo y la senectud acaben con los gobiernos de Zapatero. Si por esta derecha fuera, dentro de diez años Leire Pajín sustituiría a Zapa como icono sexual de izquierda tras derrotar a Bibiana Aido, que por tener aires de pija habría sido furibundamente rechazada por los lectores más casposos y radicales de Público.

Una prueba de la falta de una derecha de prestigio la da la ausencia de líderes intelectuales que sirvan de banderín de enganche, tal cual los artistas de la “Zeja”. Y por favor, no se me eche nadie encima por calificar de intelectuales a los famosillos favorables a Zapa. Es sólo una forma de hablar, admitamos por un momento que intelectuales son todos los que salen a un escenario a cantar, todos los que escriben un par de libros al año y todos los que reciben unos cuantos miles de euros de subvención por hacer una peli sobre la guerra civil, con muchos desnudos, encamamientos y curas homosexuales, salidos y pederastas.

Aún así, aún admitiendo pulpo como animal de compañía, díganme ¿dónde están los artistas, los intelectuales, los famosos de derechas? ¿Es que no los hay, les da vergüenza o temen ser boicoteados, algo que no parece suceder con los de izquierdas? Porque sólo veo defender tesis de derechas, con profundidad, acierto y argumentos, a Juan Manuel de Prada. ¿Dónde están, quiénes son, por qué se ocultan los intelectuales de derechas?

Y les ruego que me disculpen por obligar a Juan Manuel de Prada a formar parte del mismo grupo social que Ramoncín, pongamos por caso; la enorme bondad habitual en mis lectores sabrá disculparme este dislate, pero es que sin el escritor zamorano me quedaba sin ejemplos de famosos comprometidos a diario con la derecha.

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