Palencia es una emoción:

15 mayo 2010

Españoles, ¡Franco ha resucitado!

A Garzón le pueden emplumar, ahora mismo acaban de suspenderle de sus funciones. Y acusan a Franco, ese hombre, de arrojarle al fondo de la celda. Como el Cid, a Franco le acusan de ganar batallas después de muerto. Porque debe quedar constancia de que Franco ha muerto hace ya algún tiempo.

A Franco lo quieren resucitar no sus partidarios, a lo mejor también, sino sus contrarios. Franco como excusa, Franco como motivo, Franco como futuro... en el siglo XXI. Conste que para mí Franco está muy bien donde está y como está. Entre los miles de cosas que los lectores me han llamado en los muchos años que llevo escribiendo nunca me han llamado franquista, pero todavía están a tiempo, señores.

Así que si afirmo que la izquierda que hoy defiende a Garzón lo mismo que antes le atacaba (al revés que la derecha, claro) quisiera a Franco vivo en la actualidad, no me insulten ni me tiren piedras ni me llamen facha podrido. Bueno, háganlo si quieren, allá ustedes. Pero ni Franco persigue a Garzón ni se persigue a Garzón por antifranquista, déjense de chorradillas populacheras aptas sólo para adictos y forofos de la causa.

Conste que defiendo que se investiguen todas las fosas del franquismo y se devuelvan los asesinados a los cementerios con la dignidad que se merece todo ser humano, pero a Garzón le persigue la Justicia, no sé si con razón o sin ella, los tribunales decidirán, que para eso les tenemos.

La demagogia debe ser mantenida a buen recaudo para ser usada contra el populacho votante que se deja llevar por la miseria de la orientación política propia y de sus líderes. En cambio a los jueces hay que darles razones más poderosas, más brillantes, más profesionales y mejor organizadas. Los que proceden contra Garzón son jueces, no son ultras amancebados con una ideología, sino casados con la Ley. Denles argumentos, no les den agit-prop: les resbala.

Que el diario Públiko presente a Garzón como última víctima del franquismo y pida que Franco no se vaya de rositas... es sólo muestra de que este diario es receptáculo de las obsesiones y fantasmas de un radicalismo de izquierda que aún no ha encontrado su hueco en la democracia.

Quizá porque contra Franco se vivía mejor. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Chapeau, Don Pedro! No había tenido nunca ocasión de leer artículos de usted, pero me basta con leer éste para ver que es usted una persona como Dios manda. Ignoro a qué partido vota usted en las elecciones, pero estoy seguro de que lo hace por convicción y no por sectarismo ni odio.
El juez Baltasar, cuando salió a la palestra hace ya veinte años, me produjo cierta admiración, porque parecía que estaba dispuesto a romper lanzas a favor de la paz y honradez en España, pero al poco tiempo dejó de agradarme, pues se veía que no estaba a gusto si la prensa y los telediarios dejaban de hablar de él un solo día. Honestamente, la idea que yo tengo de un juez difiere de un hombre-espectáculo, siempre en primera plana.
Desde que saqué esta conclusión, las sucesivas actuaciones de este señor han ido corroborando paulatinamente la mala opinión que de él tomé y, francamente, me sorprende que la sociedad, la judicatura y los estamentos pertinentes hayan aguantado tanto tiempo, tanta tropelía y tanta mala conciencia como ha demostrado este individuo hacia todo lo que mi difunta madre me enseñó como "principios morales, religiosos y de convivencia". No tengo por costumbre desear mal a nadie, pero no siento ninguna pena por semejante alimaña que, pudiendo haber investigado lo del 11 de Marzo y la mala actuación gubernamental que ha producido la situación de ruina económica del país, ha preferido dar la tabarra sobre si a un señor le han regalado o no unos trajes (que me importa un rábano si es verdad o mentira, porque para nada afecta al bienestar de valencianos ni resto de españoles) y sobre las posibles canalladas de unos cuantos de hace más de setenta años, cuando hace treinta se llegó a la conclusión de que lo más oportuno era hacer borrón y cuenta nueva para que algunos, perseguidos por sus delitos de aquel tiempo, pudieran volver e incluso reincorporarse a la política. Ahora resulta que, para don Baltasar, los horrendos crímenes de algunos deben olvidarse porque eran acciones del "pueblo oprimido", pero hay que perseguir todo lo que hicieron los otros y tratar de publicarlo a los cuatro vientos. Hay que reclamar que fusilaron a Pepito Pérez, pero callar que el tal Pepito se había cargado a cuarenta inocentes, sólo porque asistían al Rosario en la iglesia de su pueblo. Si esta es la justicia de don Baltasar, mejor que lo quiten de ahí y coloquen a cualquier otro, que seguramente será más ecuánime, más justo y más coherente.
Creo que la decencia, la honradez y la justicia no tienen nada que ver con la izquierda ni con la derecha.
Perdone si me he extendido demasiado. Reconozco que soy un tanto rollista cuando me pongo a escribir.
Un saludo.
Luis D. Coello

Pedro de Hoyos dijo...

Estimado señor Coello, muchas gracias por sus amables comentarios. Aún no estando de acuerdo con algunas de las cosas que usted manifiesta creo que en otras cosas importantes sí lo estamos. Le agradezco su visita a mi blog, que como podrá comprobar tiene años de existencia, yo llevo quince escribiendo en prensa, y espero su amable visita con más frecuencia a partir de ahora.

Seguidores del blog

Otros blogs míos.