Me aterra las posibilidades que se está abriendo Zapa con tal de parecer que ejerce de presidente de algo. Su tendencia a la prohibición se acerca al mundo imaginario de George Orwell. Ya no hay corridas de toros en la tele y pronto no las habrá ni en Cataluña ni en ninguna parte. Se ha prohibido fumar y más que se va a prohibir. Y ahora van a prohibir vender bollería industrial y refrescos en los coles. A este gobierno le encanta prohibir, esto de tener el BOE a sus pies es lo que tiene, te tienta un güevo y la yema del otro. Empiezas a prohibir y te enganchas, te entra el mono y ya no hay quien te pare.
Conste que no quiero que se torture a los toros, ni que se fume en los bares ni que los niños se hinchen a bollicaos en las escuelas. Ni en las escuelas ni en ninguna parte. Pero prohibir es demasiado fácil, recorrer la senda de la educación popular, de la seriedad de la autoridad y de recuperar el respeto en las escuelas es tarea más compleja, pero más educativa, edificante y, sobre todo, más educativa. Convencer a nuestra sociedad de que hay que destronar urgentemente a todos los hijos y educarles en obediencia, respeto y educación es demasiado carca. Caca, nene. Empiezas a prohibir y te enganchas, te entra el mono y ya no hay quien te pare.
Y sin embargo, les ruego que me disculpen, estoy de acuerdo con el próximo intento prohibicionista de Zapatero: los anuncios de sexo en los periódicos. La prostitución es degradante, inhumana y esclavizante. Además de sexista, machista y tercermundista. ¿Por qué publicitarla entonces? Me parece especialmente vergonzante la postura de aquellos periódicos más próximos a las tesis religiosas de la Iglesia Católica en sus editoriales y que sin embargo mantienen o han mantenido páginas y páginas dedicadas a promover y facilitar la esclavitud sexual. ¿No es eso terriblemente inconsecuente?
Claro, claro, no se me olvida el caso contrario, esos periódicos tan progresistas, tan igualitaristas, tan feministas, tan defensores de las teorías feminoides, que ni feministas ni femeninas, de Bibiana Aido, la ministra abortista, que llenan igualmente otro buen número de sus anuncios por palabras con insultos a la dignidad femenina, que al mismo tiempo son insultos a su propio ideario y a la inteligencia de sus lectores.
Zapa, a por ellos, a por los anuncios guarrindongos (Sí, ya sé que Zapa no los considerará guarrindongos, para él y su moral relativista no hay nada guarrindongo, sino que se trata de una mera expresión de la libertad individual, aunque, eso sí, ligeramente desviada de lo políticamente correcto)
2 comentarios:
La verdad que estoy totalmente en desacuerdo que esos tipos de anuncios se publiquen en la prensa; es decir si de mi dependiera un periódico no los incluiría. El diario que suelo comprar nunca los ha incluído. Pero al igual que digo esto, me parece aberrante prohibírselo a quien lo quiera hacer, puesto que entraremos en un intervencionismo estatal que rechazo. Diré siempre que esos anuncios son inmorales, pero igual de inmoral es prohibir, e igual de inmoral es que el Estado se meta demasiado a controlar al individuo.
Un saludo Pedro.
José Manuel, creo que la Libertad es el mayor bien que se nos ha dado; sin embargo entiendo que con frecuencia no hacemos buen uso de ella. Para eso están las leyes y las autoridades. Hay cosas que se deben prohibir.
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