Palencia es una emoción:

09 julio 2010

¿Y qué pasa si Cataluña fuera una nación?

A mí no me preocupa si Cataluña es una nación y España una “nación de naciones”, siempre y cuando para Castilla y los castellanos se acepte idéntica denominación. A mí no me importa si España se convierte en una federación o en una confederación. No me preocupa mientras siga existiendo España y se respeten los derechos de las minorías en todas las partes. Y me da exactamente igual que el catalán sea idioma nacional o no de Cataluña, siempre y cuando a mí me atiendan en castellano, me den clases en castellano y no oculten mi idioma como si fuese una peste. Y esto último vale para cualquiera de los dos idiomas.

Y donde pongo castellano pongan catalán, que me da exactamente igual. Nadie puede obligarme a estudiar o a hablar o a escuchar un solo idioma. El problema se resuelve con algo que se llama convivencia y que algunos políticos se han empeñado en despreciar. Cierto que algunos ciudadanos particulares también con su intransigencia, pero su responsabilidad es individual y no comparable a la de los responsables políticos. Si yo tuviera un comercio en Cataluña lo rotularía en los dos idiomas, pues ambos son oficiales, mis clientes hablarían potencialmente los dos idiomas y a todos tendría que atender en su propia lengua. Los problemas empiezan por quienes se niegan a reconocer que existe un segundo idioma, sean políticos o sean empresarios.

Franco quiso unificar a toda España castellanizándola, aunque a cambio Castilla fue dispersada entre Suiza, Alemania, el País Vasco y Cataluña. Salvo Carlos V nadie hizo más daño a Castilla que el Caudillo. (Y la extinta UCD, que favoreció su partición en cinco comunidades de la señorita Pepis para contentar a los nacionalistas) El problema de algunos políticos catalanes es que pretenden nacionalizar a todos los catalanes, son unos caudillos en potencia. Y la consecuencia del problema es que muchos catalanes están callados y acobardados por la presión mediática, política y social. Sólo los éxitos deportivos del Barnaspaña parecen dejar asomar, si bien levemente por muy poco tiempo, esa otra sociedad catalana que habitualmente calla y otorga.

La labor del PSC es muy diferente a la de los dirigentes socialistas vascos, atizando el enfrentamiento en vez de suavizarlo y metiendo en un berenjenal a su propio president, al PSOE y a España. O al Estado si se prefiere ser nacionalistamente cínico y negar la evidencia. Que se niegue la posibilidad de estudiar en cualquiera de los dos idiomas, que se ningunee la bandera de España, mostrándola como símbolo fascista, de imposición e intolerancia, que se nieguen las pantallas gigantes de televisión para ver a la selección española, como miles de ciudadanos demandan, es muestra de la cerrazón del PSC. Quizá Montilla tiene un pecado original, un pecado de nacimiento, que hacerse borrar.

El Tribunal Constitucional nace de la Constitución que aprobaron también los catalanes y no hay referéndum que se salte lo que digan los tribunales ni lo que diga esa Constitución, no hay Parlament ni Ajuntament ni grupo humano alguno que esté por encima las sentencias judiciales. En algunos pueblos los machotes del lugar se han puesto de acuerdo para asaltar y quemar las casas de algunos presuntos delincuentes y eso no hizo ninguna gracia a los encargados de defender la Ley. Por muchos y muy importantes que fueran los que acordaron el asalto.

Mañana van a desfilar por Barcelona decenas de miles de catalanes en un acto democrático y legítimo, reclamando lo que consideran propio. En él miles de senyeras asomarán sobre las cabezas, miles de voces en un solo idioma clamarán contra el Tribunal Constitucional (hace falta ser poco delicado para publicar hoy la sentencia). Pero existen otros miles de catalanes que no marcharán, existen otras banderas que no se verán y existe otro idioma que no se escuchará. Por cierto, Franco se apropió de la bandera de España y la hizo suya y de los suyos. La senyera no es sólo de los que van a desfilar mañana, es de todos los catalanes, aunque prefieran irse a la playa a soportar mejor el calor que manifestarse. O que ir a votar en un referéndum por un Estatut que nadie, salvo Maragall y cuatro maragallianos, reclamaban entonces.

Si Cataluña es una nación, díganme, ¿entonces qué es esta Castilla mía, que fue más años independiente que los que lleva unida al resto de España? Por cierto, este español, orgulloso de serlo, no escribe en español, sino en castellano.
Señores, el blog es suyo, pónganme a escurrir. 

5 comentarios:

Hernandodesoto dijo...

¿Entonces que hablan los andaluces? ¿Una lengua ajena a ellos? El origen esta si en Castilla e incluso en zonas que se denominan hoy vascas, pero considero que toda España contribuyó a darle su forma actual y por eso me parece más lógico y hasta justo denominarla español

Anónimo dijo...

Portugal tambien era Hispania; a caso el portugués no es español?

Anónimo dijo...

No hay nada más pernicioso para el castellanismo que españolazos disfrazados de castellanistas.

Seguíd así, levantando la bandera española como fanáticos, ya sea en futbol o para darles en los morros a los catalanes.
Mientras incluso entre los propios castellanistas, haya gente que no se de cuente que el verdadero enemigo de nuestra tierra, es este estado actual y su Constitución, jamás despegaremos, jamás.
Seguiremos siendo los tontos paletos que se ponen la cuartelada cuando van a Villalar pero rabian y matarían con la españolaza como capa en aras de la unidad "nacional" (sic).

Santiago dijo...

Evidentemente, Castilla es nación.
Y tiene una historia tan (o más) importante que cualquier otra.
Habrá que preguntarse porque Castilla no está reconocida no solo como nación ni como nacionalidad en la constitución. Y no creo que de eso tengan culpa los catalanes.

Angel dijo...

Yo diría que no hay nada más pernicioso para el Castellanismo que los aprendices de batasunos que escriben Castilla con K y que van a Villalar a mover un trapo morado con una estrella roja, la camiseta del terrorista apodado El Che, el porro en la boca y la Ikurriña de falda.

Y sí, Castilla es una Nación y no hay nada más aborrecible que aquellos que confunden a España simplemente con el Estado Español y a Castilla con Corea del Norte.

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