Palencia es una emoción:

12 octubre 2010

El Rey enfermo, el desfile y los abucheos.

Veo al rey enfermo, hinchado y con andares torpes. Ni los años ni las enfermedades perdonan y puede que se nos avecine un momento crítico de la Historia de España. Cuando llegue el momento de la transición monárquica sin duda habrá quien intente aprovechar para proclamar la segunda república bis, que es lo que pretenden mayoritariamente algunos interesados. Digo bien, para muchos republicanos no se trata de proclamar la tercera república, sino de reeditar la segunda. “Les pone”.

He empezado a seguir la retrasmisión por Intereconomía, pero me he pasado a la cadena institucional, aún a riesgo de que como otros años intentaran tapar los abucheos que suelen producir. En Intereconomía no se escuchaba el himno nacional, sin embargo en las imágenes el rey se había cuadrado y saludaba militarmente, parecía que el himno sonaba pero nada se oía; de pronto se empezó a escuchar... y unos instantes después el rey descompuso la figura, deshizo el saludo militar y se bajó de la plataforma mientras el grupo charlaba animadamente... Entre tanto para nosotros seguía sonando la música nacional... Evidentemente Intereconomía nos había puesto un disco para sustituir al directo, que al parecer no les llegaba. Antes y después de esta situación uno de los invitados insistió con desafortunada e innecesaria reiteración en la frialdad con que el público de la Castellana había recibido al rey. Eso sí, el presentador inmediatamente quitó hierro al asunto.

Lo siento, no aguanté más y, ya digo, me pasé a la primera cadena. Allí presencié durante unos minutos más el evento, incluido el izado de la bandera y el homenaje a los caídos. Los abucheos y los pitidos fueron penosos, desafortunados e inoportunos, no era ese el momento para la crítica a Zapatero sino para rendir homenaje a quienes dieron su vida a cambio de la nuestra. Era un momento intenso, emocionante y espiritual. Nada más alejado de las bajezas cotidianas, de la política ramplona y de los enfrentamientos ente banderías. En ese instante los protagonistas debían ser sólo los muertos por España. Zapatero merece la reprobación de los españoles, sin duda para mí, pero no cuando lo que debíamos hacer era rendir homenaje a nuestros héroes.
PD. Veo que el rey se va y Televisión Española corta. No sé si es una pausa o es que prefieren omitir lo siguiente, en todo caso me vuelvo a Intereconomía. Precisamente lo siguiente también es interesante, muy interesante, éste es el momento de la caña al paso del coche presidencial. Ahora, respetados nuestros héroes, es la oportunidad de la caña. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

señores yo creo que es al contrario. El recuerdo, respeto y dignidad de los caidos se guarda perfectamente cuando los que estan vivos demuestran la indignación hacía los que causan la calamidades causantes a su vez de que haya caidos por España. Los malos años que nos esta haciendo pasar Zapatero para nuestra esperanza en el futuro justifican mas que de sobra la falta de silencio en el momento álgido. Además ¿desde cuando un simple ceremonial cortesano es más sacrosanto que el hambre del pueblo?. Si caigo por España, espero que el día que me honrarais lo utilizaseis para detener al gran parasito de turno que os este destrozando en ese mismo momento.

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