Estaba yo pensando si me tocaba la pastilla roja o la azul. Para la memoria, digo. Y decidiendo si me había tomado ya la del corazón. Y la de la próstata.
Era importante el momento porque ya llevaba bien consumido mi sanfrancisco habitual y tenía que decidir si me las tomaba con lo poco que me quedaba o me las tomaba con agua, dejando el combinado para pasar las migas y el mal sabor de boca. Llamaron a la puerta cuando ya tenía las decisiones casi tomadas, tras largo tiempo de meditación e interiorización de mis circunstancias. Tuve que cortar el lento discurrir de mis pensamientos, a mi edad ya no estoy para prisas, e ir a atender la puerta. Maldije en voz bien alta, echando fuera los demonios, por la inoportuna interrupción.
Cuando abrí me recibió una sonrisa inmensa, unos ojos pintureros y bailarines y una camiseta veraniega que dejaba ver el ombligo. Desde el escote, quiero decir. En Palencia hoy no hemos pasado de los tres o cuatro grados, aviso al lector.
La sonrisa no se perdió ni un segundo, los ojos no dejaron de bailar ni un instante mientras yo oía decir “Hola, me llamo Olga, soy nueva en esta ciudad y pregunto por el titular del contrato del gas”.
Mira, Olga, maja, repliqué, yo me llamo Pedro, soy el titular del gas y me estaba trasegando un sanfrancisco para poder solucionar una duda difícil que me acomete todas las tardes. Estás de coge pan y moja pero no te voy a hacer ni puñetero caso ni te voy a dejar entrar en casa a molestarme. Por cierto, se te ha olvidao ponerte la falda debajo de ese cinturón tan ancho que te has colocado. Hala, a escardar.
He cerrado la puerta sin más, he tardado media hora en retomar mis meditaciones médicas y solucionar mis dudas. Y dos minutos más en escribir este desahogo y el cartelito que pueden ustedes ver para la entrada de mi casa.
2 comentarios:
Nos encantaría ver tus notas en www.globatium.com, así que después de leerte te invito a que publiques con nosotros, un saludo, Hugo
Perdón, rectifico: después de ver algunas cosas que no me ha gustado en esa web revoco la autorización. No permito que publiquen en ella mis trabajos. Prohibido; lo siento pero no tienen mi permiso para publicar nada mío, ni aún citándome
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