Yo sí pagaría por ir a un mitin de Rosa Díez. Y de ello no deben sacar los lectores ninguna conclusión precipitada sobre mis intenciones ante la urna electoral. Dice Rosa Díez que quiere ocupar el lugar que el aterrado PSOE ha dejado libre en Vistalegre, pero que como le resulta algo carillo que va a cobrar un euro a cada mitinero asistente. A mí me parece el sino de los tiempos a los que nos ha conducido la crisis que Zapa negó, ocultó y menospreció: Hay que pagar por todo lo que hasta ahora era gratis: habrá que pagar las vendas y tiritas de los hospitales como pagaremos por votar, por ir a juicio o por circular por la ciudad. Ya desde antes de la crisis pagamos por aparcar en la vía pública, tengámoslo en cuenta.
Hace mucho tiempo que perdí mi ingenuidad izquierdista, arrebatada por la ruinosa realidad económica y moral de España, por la corrupción del último felipismo o por la ignorancia, inoperancia y la inacción zapateril. Pero aún creo que otro mundo es posible, aún creo que la izquierda es imprescindible para controlar la derecha tanto como la derecha debe controlar a la izquierda. Si se nos hunde una de las dos sería una catástrofe, necesitamos a ambas. Es más, también creo que nadie como la propia izquierda para frenar a Zapatero y su atraso guerracivilista, renovar ideas y relanzar ilusiones. En definitiva, nada mejor que la madera de la misma cuña izquierdista para crear una izquierda lógica, actual y moderna, enfrentada a la izquierda burda, decimonónica, anticlerical, torpemente sexual y atrozmente tercermundista que representan en España personajes tan ajados, desfasados y anquilosados como Pajín, Aído, o “Zapaterolo”.
Yo sí pagaría ese euro que demanda Rosa Díez por apoyar el crecimiento de un partido que pretende renovar España, por ampliar y mejorar la oferta política como se renueva la oferta televisiva, periodística o cultural. Hay que cambiar la parrilla política como cada temporada se renueva la parrilla de las televisiones, y en esto incluyo a un Partido Popular que satisface a muy pocos, no tan pocos como el PSOE últimamente, tanto porque en su interior hay dos almas que no han llegado todavía a enfrentarse pero están esperando el momento, como porque su doctrina consiste, al contrario que la del PSOE, en adaptarse a las circunstancias, en vez de querer cambiarlas, encauzarlas y dirigirlas.
Y en lo de adaptarse a las circunstancias quiero explicitar que cuando se trata de circunstancias políticas nacionalistas sí equiparo a los dos partidos mayoritarios, que han hecho de mi Castilla, madre fundadora de España, el vertedero de sus ansias políticas, la moneda con la que se paga sin escrúpulos los votos que colman las ansias de poder que ambos tienen. Siempre a favor de los mismos, siempre a costa de los mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario