Palencia es una emoción:

21 mayo 2011

¿De quién son, a quién pertenecen los indignados?

La sociedad se asombra ante sí misma, se ve en un espejo cóncavo y no se reconoce. ¿Éstos somos nosotros, los de la Puerta del Sol, los de la plaza de Cataluña? Nosotros, los mansos, los acobardados, los masificados ¿hemos decidido de pronto rebelarnos como si no nos conociéramos?

Los perroflautistas se mezclan con mentes de calado, los profesionales de la haraganería con los académicos en paro, vagos y maleantes con generosos altruistas. ¿Somos nosotros, es España así? ¿Es España la que sale a la calle porque ya no le cabe en casa la indignación, es España la que sale a protestar por vergüenza torera? ¿De quién son, a quién pertenecen los indignados?

Rajoy y sus mesnadas no aluden en su último mitin a los amotinamientos de este dos de mayo tardío, ¿cada dos siglos reacciona España?, se olvidan voluntariamente de la situación, meten la cabeza debajo del ala y tiran por la calle del medio, no se reconocen en esa España mezcla de indigentes intelectuales y de intelectuales indigentes. Ésa no es su España, ése no es su público, ésos no son sus votantes. No necesitan los mitineros conservadores, qué complejos para definirse de derechas y enarbolar un programa de derechas, aludir a un problema que no les compete. ¿Por qué manchar su impoluto mitin?

ZapaHuero sí se refiere a ellos; en su habitual discurso vacío de contenido, repleto de promesas vacuas, de poesía rayana en la astracanada, tiene palabras de comprensión postiza, de acercamiento de cartón piedra, de cariño esforzadamente impostado. Ahí tiene qué rascar, busca “pillar” algo. Ése sí es, al menos parcialmente, su pueblo ahí tiene a muchos de sus desencantados, a muchos de sus absentistas. Ésa es la España que le pedía “No nos falles”. Y Zapahuero falló, perdiendo años en regalías, devolviendo impuestos, entregando dinero a los homosexuales de Zimbabwe o Puerto Rico, hablándonos falsamente de brotes verdes que no existían fuera de su imaginación, todo lo que ahora pagamos con los recortes de salarios, con los despidos, con los EREs, con las pensiones...

Ésa es la España que le ha vuelto la espalda; tal vez ésos fueran sus votantes algún lejano día, tal vez ésos fueran sus colegas de botellón electoral para alcanzar el poder pero no lo son para mantenerse.  Ésos indignados ya no son de Zapatero, ya no le pertenecen por muchas flores oratorias que les arroje.

¿De quién son, a quién pertenecen los indignados? Por lo visto ayer parecen hijos de una España que los ignora o los manipula, cuando en realidad son nuestros propios hijos que no se conforman con votar cada cuatro años, que no se conforman con la alternativa PPSOE, que quieren que funcionen las reglas constitucionales que nos hemos dado. Son miembros de una España que, unida por la base de reivindicaciones comunes, juega con el fuego de la mezcolanza ideológica exagerada y desproporcionada, susceptible de caer en las manos del primer listillo demagogo cuyo fácil verbo sirva de fácil banderín de enganche.

El lunes, cuando la democracia formal haya hablado, ellos quedarán y comenzarán los fuegos artificiales, los juegos malabares, las verbales golosinas bobaliconas y el confetti que los profesionales de la política les tenderán  para atraerlos. Que las elecciones generales están ya muy cerca, tal vez demasiado cerca. Y los necesitan. Los profesionales de la política los necesitan por su voto. Y España por sus ideas y su rebelión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, si es así, adelante, pero echo en falta críticas al q lleva gobernando España 7 años. No diluyamos responsabilidades, aunq todos las tienen. Aquí ha malgobernado ZParo, no otro y ésto hay q denunciarlo ALTO Y CLARO!

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