Zapatero
pasará a la Historia como el hombre-fracaso, el hombre ingenuo que creía que
las cosas se hacían solas, tal vez con sólo quererlas, y que no hacía falta
estudiar duros años para saber de Economía, siendo precisamente la economía la
asignatura más fuerte de su carrera. Repitiendo cuatro años más no sólo no la
superó sino que empeoró sus resultados. Cierto que la crisis no se originó en
España, pero él la negó y llamó antipatriotas a grandes socialistas como
Fernández Ordóñez y Almunia por llevarle la contraria; cierto que la crisis
tenía ciertas raíces en tiempos del ladrillo de Aznar pero ni él mismo hizo lo
más mínimo por corregir sus efectos... hasta que el ladrillo (y el cemento y el
aluminio y...) se corrigió solo, destruyendo empresas y miles de empleos sin
que el leonés de Valladolid acertase con la solución.
Nadie
ha hecho más por el PP que Rodríguez Zapatero, el de los discursos vacíos,
hueros, hinchados de nada, engordados de aire. Sus cinco millones de parados
son la muestra más rotunda del fracaso de un hombre, de una idea, de un
idealismo infantil, retrógrado y aldeano. Esos cinco millones de parados son
cinco millones de avales parta el triunfo del Partido Popular. Cada subvención
vanamente puesta en ideología de género, en apoyo a los homosexuales de Puerto
Rico, en rescate de tumbas, en sectarismo, en torpeza fieramente ideologizada
era una urna más a favor del PP. Todo ello sin necesidad de que Rajoy mostrara
sus propuestas. El PSOE va a perder por autodescarte. Al partido de cinco
millones de parados, de los desahucios, de las empresas quebradas le ha debido
salir el prefijo “anti” para preceder al apellido que le califica.
Yo
no me creo que el partido popular vaya a ganar tan sencillamente y menos por la
goleada facilona que le anuncian las encuestas, siempre las encuestas se hacen
a favor de la corriente. Dados los antecedentes es fácil sospechar que algo
puede ocurrir unas horas antes de abrir las urnas. Fracasados los intentos (¿O
era sólo un tenue ensayo para futura representación más drástica?) de los
mozalbetes del 15-M, okupas de la Puerta de Sol, alguna sorpresa diferente ha
de temerse antes que permitir que el resultado de las urnas lleve a la derecha
cavernícola, atrasada y guerra civilista (por favor, observen la ironía) al
poder, cualquier cosa antes que eso.
Y
con el PP vendrán recortes, esos recortes que el mundo económico reclama, eso
que eufemísticamente se llama “los mercados” (¿pero “mercado” no somos todos
los que compramos y pagamos, los que ahorramos y viajamos?), y sacrificios que
soportarán la menguada clase media y la cada vez más extensa clase baja;
recortes y sacrificios que se disimularán convenientemente en los programas
partidarios, en todos, pues la descalabrada economía será el objetivo
comprensible de todos los votantes, mientras se olvida rescatar los programas
educativos en mano del Estado y que convierten a la Educación en eficaz agente
de la sumisión, mientras se permite a las televisiones que en nombre de la
libertad de prensa alimenten de casquería inhumana a la escoria de la sociedad,
mientras se permite la desmoralización general, mientras se sigue premiando a
la prensa adicta, mientras se consiente interesada y partidistamente el dislate
de las autonomías.
El
PP esconde las tijeras por si hay suerte y llega a gobernar. ¡La que le
espera!, hay cola de convocatorias de manifestaciones, huelgas, alborotos, okupaciones
y protestas varias... todo lo que antes no se hizo porque no convenía sindical,
política o socialmente. Al PP se le va a alargar el nombre, llegará a ser el
Partido Impopular. Tiempo al tiempo. Afortunadamente hay más alternativas
políticas, cosa que se suele olvidar. Pero... ¿hay alternativa económica?
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