Como ustedes saben a alguien del
PSOE se le ha ido la mano al ordenador y ha utilizado la cuenta del Twitter
oficial del partido para ofrecer al ciberespacio la siguiente perla: “Con una candidata podemos ir a peor. Y con
el otro no vamos a ninguna parte. ¿Qué ha pasado con la cantera?”
La reacción del PSOE ha sido la
de anunciar que algún gracioso carente de gracia había asaltado su cuenta. Si
ustedes tienen la posibilidad echen un vistazo a esta red social y disfruten de
la que se ha montado. No podemos saber si la culpa ha sido de Alfonso Guerra
que pasaba por allí al descuido, de García Page que quería meter un dedo en el
ojo del alguien o si ha sido la señora de los lavabos, si es que en el PSOE
tienen señora de los lavabos cosa que sería denunciable casi como violencia de
género. El caso es que el final de la tuitada socialista es una verdad como un
templo: ¿Dónde está la cantera?
Los que creemos que la democracia
necesita un PSOE fuerte y los que creemos que el PP necesita el control de una oposición
fuerte pensamos que entre los cientos de miles de militantes socialistas tiene
que haber necesariamente alguien menos quemado que los actuales aspirantes. Los
que creemos que la democracia es un continuo ejercicio de contrapesos no
entendemos cómo los militantes de uno de los partidos más antiguos se conforman
y votan tan disciplinada como calladamente, es difícil colegir las razones que
llevan a tantos socialistas válidos a callar y limitarse a elegir entre dos
corresponsables de la actual catástrofe que vive el partido.
Sólo el dominio que las élites
tienen siempre sobre las masas puede explicar que el silencio no estalle en
miles de gritos para romper una situación de inacción que puede llevar al
partido a la UVI social. Sólo la resignación puede permitir que una
nacionalista catalana “con la que podemos ir a peor” y un quemado militante “con
el que no vamos a ninguna parte”, ambos responsables de la derrota del PSOE y
de España, puedan disputarse el cargo de secretario general sin que nadie les
señale con el dedo, sin que nadie les haga preguntas incómodas, sin que nadie
les acuse de irresponsabilidad para un partido histórico. ¿Esto es todo lo que
tiene dentro tan poderoso partido, no hay nadie más, no hay nada más?
Hay decenas de personas en el PSOE
capaces de levantarlo sin soportar el lastre de la culpa acumulada durante los
años de Zapatero, hay decenas de personas honestas y válidas para ofrecer al
votante español nuevas oportunidades, diferentes de éstas dos, ya sacrificadas
en el ara de la inutilidad del torpe combate zapateril contra la crisis. ¿Dónde
están esas personas, por qué callan, por qué otorgan, por qué someten su disciplina
de partido a las decisiones de sus jefes? ¿Por qué se ofrecen como vasallos?
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