La izquierda es imprescindible para controlar los desmanes
de la derecha. Y viceversa. La corrupción, la ambición y la mala leche no son,
al igual que el esfuerzo, la honra y la entrega a los demás, patrimonio de unos
u otros. La izquierda es, quedamos, imprescindible. Pero.
Zapatero, además de ser el más negado presidente de la
Democracia (que pregunten a Jordi Sevilla o MAFO) en cuestiones económicas, ha
sido el más radical revisionista, el más furibundo anticlerical y el más
ingenuo de todos. Su mensaje simple, guerracivilista y barriobajero pretendía
volver a vivir la guerra civil para ganarla esta vez. Los españoles le pagaron
dejándole en la cuneta de la historia y olvidándose de él en cuantito han
pasado unos meses. Cómo estará la cosa que ni en su partido cuentan con él,
cuanto más lejos, mejor. Ha dejado la sede de la calle Ferraz como un solar
batido por una tormenta de rayos.
Pero su mensaje torticero, anticlerical, revisionista y
reescribidor del pasado ha calado en parte de esa izquierda que antes
mencionaba. Las almas que se creen enviadas por Marx a salvarnos de las penas
del infierno social han asimilado a pies juntillas su pedagógico mensaje: “Con
lo buenos que somos, qué malos son los herederos de Franco y La Iglesia” Para
estos panolis, almas simples que se creen arcangélicos seres enviados a
rescatarnos, que se sueñan querubines endiosados, la Iglesia es mala per se y
hay que destruirla. Los cristianos son enemigos cuya destrucción (sólo verbal e
ideológica hasta que volvamos al año 36) nos ha sido encomendada por el ángel
del señor Zapatero.
Esa izquierda que se cree encargada de orientarnos, de
salvarnos incluso a bastonazos si no queremos, esa izquierda que todas las
mañanas al levantarse se pregunta “¿Quién como yo?” ha organizado una
manifestación para el Jueves Santo. 365 días tiene el año y el día escogido es
el jueves santo. O sea, que buscan altavoces, publicidad gratis y todos los
focos de la prensa para tocar las pelotas a una de las minorías religiosas
españolas. A la izquierda, cuando más ruin y cainita mejor, siempre le ha dado
muy bien el agit prop. Les faltan los cojones suficientes para organizar una
manifestación contra los clubes de fútbol el día de la copa del Rey. O el día
de la victoria en el pasado mundial.
La izquierda, la más ruin y cainita, la que pretende
enseñarnos respeto y democracia, la que se cree poseída por la diosa de la
ética, ha organizado una mani contra la Iglesia católica el jueves santo. Otra
vez este año. Y estos ciudadanos se creen mejores que los que dan de comer a
los hambrientos que su patrón ha dejado fuera del amparo del Estado. La
izquierda frentista, villana, rastrera nunca será la que consiga para España
convivencia, integración, civismo y solidaridad. Porque la izquierda es
respeto, democracia, tolerancia y concordia. Lo mismo que la derecha. Porque
vicios y virtudes no son patrimonio de una ideología o de un grupo, sino del individuo.
E individuos buenos y malos hay en todas las partes, pero no en esa izquierda
antigua, antediluviana, arcaica y marrullera que esconde su gusto por la
ofensa, el menosprecio y su egoísta convencimiento de la propia superioridad
bajo la capa marrullera de “es que yo tengo derecho, oiga”. De acuerdo, pero
sus derechos acaban donde empiezan los demás ¿Es que no les han enseñado esa
parte? Y los demás tienen el derecho a ser respetados. Lo que para ustedes sin
duda será una novedad interesante. ¡A escardar
2 comentarios:
Maravillosamente expresado! Ya tienes una incondicional fan de tu blog.
Gracias, Hester, necesito muchos fans, adelante. Reitero las gracias
Publicar un comentario