Palencia es una emoción:

09 junio 2012

España va a ganar la eurocopa


Franco ya utilizaba el fútbol y la copa que llevaba su nombre para amansar a las muchedumbres. Además estaba la demostración sindical del 1º de mayo, et voilà, un pueblo sumiso. Así pasa la gloria, así pasa la sumisión, miles de años desde que murió Franco y vamos a ganar la Eurocopa. O eso dicen. A mí el fútbol me la refanfinfla, me parece una potentísima válvula de escape social y la más barata manera de liberar los demonios personales, ahorrándonos así un montón de pasta en sicólogos.

Si les soy sincero estoy convencido de que este campeonato futbolístico servirá de bálsamo para una sociedad herida y humillada que no se merece una simple aspirina con la que dulcificar su sufrimiento: todo lo que nos pasa es poco para nuestros deméritos, para nuestros excesos y para nuestra ineptitud. A pulso teníamos que pasar esta crisis, sin paliativos. Y naturalmente no me refiero a aquellos que ya la están pasando así: desahuciados, parados y desheredados de la vida en general. No, justamente al revés.

Pero a pesar de ellos quiero que España gane todo, pongan ustedes fútbol principalmente pero también motos, coches y canicas. Se explica la aparente contradicción si piensan en los españoles vascos, por ejemplo. Y los catalanes también. Les cuento, los bares de mi calle, los de la rotonda de al lado (España está preñada de rotondas) han empezado a adornarse con banderas de España, todo de lo más patriótico. Y de pronto me he acordado de todos los complejos que tenemos con nuestra bandera. Lo que en Francia, Portugal o Cabo Verde es normal aquí no lo es, presumir de bandera o de patria puede ser normal en cualquier lugar que no se llame España. Franco, claro, la culpa es de Franco y de su abuso en clasificar a los españoles en buenos o malos según le fueran de afectos.

Pero Franco murió hace varios milenios excepto para aquellos obstinados que todavía le tienen miedo y odio. Para ellos la historia no avanza sino que sigue empecinadamente detenida el 20 de noviembre de 1975. Aquí no sacamos una bandera de España ni hartos de vino. O de güisqui o ginebra, que me cuentan que se ha puesto muy de moda. No, jamás, nunca, no vaya a ser que nos llamen fachas, franquistas o trogloditas. ¿A quién se le ocurriría sentirse orgulloso de ser español? Al que no se le permita ser otra cosa, ya saben ustedes.

Por eso, porque puede ser una buena ocasión para sacar los sentimientos de ese españolazo asqueroso que todos llevamos dentro, me interesa que España gane este campeonato. Y sobre todo porque me interesa que se repita lo de hace (¿cuánto?) unos años y los españoles vascos salgan a las glorietas de Guecho o Santurce enarbolando sus sentimientos para desprecio de aquellos tímidos, nacionalistas o indecisos a los que les siente mal tanto españolismo. O para que en Hospitalet, Vich o San Boi de Llobregat unos cuantos salgan a las calles a todo trapo, con el claxon a tope, dando un poco la murga a los nacionalistas catalanes, plorosos, egoístas y manirrotos.  A esos mismos que acusan a andaluces o extremeños de pobres, ignorantes y vagos. 

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