Palencia es una emoción:

17 agosto 2012

Auf wiedersehen


Está septiembre a la vuelta de la esquina y a Rajoy se le van a rebelar los funcionarios. Está septiembre a la vuelta de la esquina y a Rajoy se le va a rebelar media España. Se queman los bosques y las calles están que arden. Esperen a que acaben las fiestas de los pueblos y llegue el otoño.

Toca pagar la feria en que hemos vivido todos estos años, cuando no había barrio sin una semana de fiestas populares, cuando construíamos rotondas y carriles bici y pintábamos todos los años las tapias de los cementerios. Toca pagar los caballitos y los coches de choque y el algodón en rama. Aquellas indigestiones son nuestro ardor de estómago de hoy.


La crisis que Zapatero no supo ver, la que negó reiteradamente y la que Rajoy no sabe o no puede evitar se dan la mano para bajar los sueldos de los funcionarios. Con lo que gastan los funcionarios, con lo que consumen, con la de comercios que dependen de ellos. ¿Qué será del comercio sin paga extra? ¿Cuántos impuestos no se recaudarán sin transacciones comerciales?
Pero seguimos teniendo 17 autonomías y cinco mini castillas en vez de una Castilla entera, 17 parlamentitos, 17 defensores del pueblo. Es mucho más fácil recortar en funcionarios que en asesores, fundaciones o embajadas autonómicas. Se podría aprovechar la crisis para refundar España, para cambiar todo lo cambiable, para solucionar todos los errores, para abaratar, simplificar, ordenar, pero Rajoy prefiere, como prefirieron sus antecesores, que la cosa viene de lejos, recortar sueldos de funcionarios. Está chupao.
De las crisis vienen los renacimientos; de los problemas, las soluciones. Sin embargo nuestros gobernantes, recordemos que nosotros los hemos escogido libremente, prefieren las tijeras del recorte al bisturí de las reformas. Paños calientes en vez de respuestas. Componendas en vez de arreglos. Enfermos sin médicos y alumnos sin maestros no pueden ser la solución.
Si los españoles fuéremos previsores en vez de improvisadores los empleados municipales de toda España estarían ya preparando calles y plazas con barreras protectoras, como si fuesen los sanfermines. Lo que acaba de terminar en Londres no han sido más olimpiadas que las que esperan a las fuerzas del orden público en cuantito el otoño nos despierte. Me pregunto cuántas horas extras van a hacer los vigilantes de las calles, a cuánto nos va a salir cada carrera, a cuánto cada palo sobre lomo de manifestante. Presupuesto extraordinario el del ministerio.
Con permiso de ustedes me voy a aprender alemán, auf wiedersehen.

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