Palencia es una emoción:

07 agosto 2012

El programa de Pepa Fernández no es un programa cualquiera (II)


Hoy he vuelto al río. Poco después del amanecer, como siempre. Ahora que tanto calienta, andar al amanecer es reconfortante; la naturaleza me reconcilia con la vida y la vida plácida y serena, lejos de los agobios laborales. Allí, en la soledad, en el silencio del fluir del río, entre los grandes árboles que cuchichean al verme pasar, todos los sábados y domingos recupero las energías que me roba la semana. Sólo estoy yo y mi radio.


La radio es indispensable compañía para recordarme cuanto de satisfactorio tiene la vida, para hacerme vivir todo lo que hay de intrascendente y de esencial, para grabarme bajo la piel la actualidad y la memoria, lo útil y lo inservible. Y la radio los sábados y los domingos se llama Pepa Fernández y es entretenimiento y es información y es compañía y es diversión y formación. Y es cultura y sabiduría y participación y encuentro y pensamiento. “Hoy no es un día cualquiera” es la feria de mi pueblo, con verbenas, tragafuegos, algodón en rama, coches de choque y una tómbola en cada esquina

Hoy no he escuchado a Pepa Fernández y nadie me ha hecho llegar la ilusión ni me ha colmado la mente entreteniéndome la mañana. Caminata baldía, mañana inane, amanecer anodino, esfuerzo sin sentido. He caminado sólo y deprisa, huidizo, furtivo, deseando llegar pronto a la torre de San Miguel para volver a bajar por la orilla izquierda del Carrión y recogerme en casa cuanto antes. Hoy mis pies, casi siempre ligeros, pesaban más y se hacían más torpes.

No sé si volveré a escuchar a Pepa Fernández cada fin de semana, nos amenazan con ello en Radio Nacional de España como consecuencia de la renovación de direcciones, jefaturas y cargos y puestos de diverso nivel. Quiero saber por qué programas como el suyo sufren las acometidas de la política y de la arbitrariedad, qué tiene que ver la calidad del programa y sus profesionales con el partidismo y con las sucesivas alternancias de los diversos partidos en el Gobierno.

Hoy he vuelto al río. Poco después del amanecer, como siempre. La naturaleza me reconcilia con la vida plácida y serena, lejos de los agobios laborales. Allí, en la soledad, en el silencio del fluir del río, todos los sábados y domingos recupero las energías que me roba la semana. Sólo estaba yo y mi radio pero ya no estaba Pepa Fernández.

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