Esto de la independencia fue
siempre algo inmaterial, algo propio de los espíritus y no de los bolsillos.
Nadie buscó la independencia por cuestiones económicas sino sentimentales. No
me imagino a Viriato negociando con el enviado de Roma a cuánto le salía cuarto
y mitad de independencia. Si por esa regla de tres fuera, Daoíz y Velarde se
habrían tomado unas cañas con los gabachos y Agustina de Aragón habría puesto
una oficina junto a la plaza del Pilar para negociar con Napoleón.
Pero en éstas llegó Artur Mas y
le puso precio a Cataluña: “Si no me dais un concierto económico como el de los
vascos os monto una independencia de tres pares, así que ya vais aflojando la
pasta, españoles.” El problema es que este tipo de políticos nunca tiene
bastante, hoy te chantajean con el concierto económico y mañana te ponen en un
brete por el agua del Ebro que es un río catalán que nace en las castellanas
tierras de Cantabria porque los catalanes nacen donde se les pone. Nunca se
frenan: ahí tienen a los nacionalistas vascos presionando más allá del
concierto, dejando la independencia para otro momento más conveniente, que
ahora toca hablar de las pelas del IVA.
El problema es que el PP siempre
anduvo meneándole las enaguas a CiU hablando catalán en la intimidad cuando le
convino a Aznar. Y el PSOE ni siquiera tiene partido en Cataluña y ha dejado
sus decisiones a otro partido, supuestamente hermano, que dio tipos como
Pasqual Maragall, más próximo a planteamientos de Esquerra que del PSOE.
Estos partidos, que dicen ser
nuestros defensores y amantísimos protectores, están, estarán, es sólo cuestión
de tiempo, a un canto de un duro de ceder a cualquier presión con tal de que
les dejen gobernar los despojos que vayan quedando. Si llevan casi 40 años
haciéndolo ¿por qué íbamos a esperar otra cosa? Y esas cesiones, recuerden que
siempre hablamos de dinero puro y duro, las va a pagar usted, estimado lector.
Usted, que tiene la dudosa fortuna de
vivir en una comunidad de segunda clase para que no hiciese sombra a las “históricas”;
usted que no vive en Castilla, sino en Castilla y León, o Madrid, o Castilla-La
Mancha para que CiU votase afirmativamente la Constitución; usted que no tiene
AVE o que lo va a tener más lento, más inseguro y más incómodo; usted, que está
orgulloso de ser español; usted, que se aguanta con lo que le echen y no
protesta “para no meterse en política”… usted, sí, usted, va a tener que
conformarse con lo que otros diseñen y el PP y el PSOE traguen mansamente con
tal de seguir mandando.
Ese concierto que Cataluña
terminará por tener (¿por qué Castilla no puede tenerlo? ¿Quién es más
histórica?) va a salir de sus bolsillos vía impuestos. Y a usted se lo venderán
los grandes partidos como un gran avance y una enorme ventaja. Manda
cataplines.
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