Desde la época que estudiábamos
en los libros de Historia del Bachillerato antiguo (el de verdad, el que debe
escribirse siempre con mayúscula) en que España empezó a perder las colonias
americanas y Napoleón de ciscaba en Madrid, España no ha vivido otra época de
decadencia como ésta.
Jamás la política, los políticos
y la democracia estuvieron tan mal vistos, jamás resultaron tan insoportables
para los ciudadanos como ahora, jamás el Congreso había resultado tan vilipendiado y despreciado como
estos días. Jamás la autoridad política, judicial o económica había sufrido tal
descrédito. ¿Qué pensar de una sociedad cuando toda autoridad está en crisis y
resulta fácilmente criticable por cualquier ciudadano aún sin ninguna
formación?
España está hecha unos zorros y
todo el que puede se aprovecha de la circunstancia. ¿Cuánto tardará Marruecos
en tratar de rentabilizar la situación? La desorientación es mayúscula, Mariano
Rajoy no está pudiendo con el problema, no está pudiendo con España (¿España y problema
no son sinónimos?) y la sensación de caos, de liquidación por derribo, se
traslada a toda la sociedad. ¿Qué valores rigen ahora mismo en España?
Artur Mas sabe lo que hace. O al
menos sabe cuándo lo hace. Éste es el momento, si ahora no le sale bien la jugada
no tendrá otra ocasión mejor. Y dentro de unas semanas, cuando haya cambiado el
gobierno en el País Vasco el problema será doble. Más caos, más desorientación,
mayor conjunción de las fuerzas del mal.
Me da pena y rabia esta España
que nos toca vivir, cuyos últimos episodios podemos estar viviendo. Evidentemente
este es el momento de desahuciar España, ponernos a todos en la calle y hacerse
con el botín. ¿Quién? ¿El capitalismo? ¿Merkel? ¿El sionismo internacional, los
masones? ¿El comunismo trasnochado? Esbocen una sonrisa si quieren pero no se
rían demasiado por estas últimas palabras, es que los tiempos actuales me recuerdan
demasiado los estertores del franquismo y esas frases que viví una vez pugnaban
por salir de mi pluma.
Puede que de tanta decadencia
surja el renacimiento… me pregunto si la próxima España será más pequeña, con
menos valores humanos, menos democracia y menos derechos civiles, laborales y sociales.
Todo apunta a que esta época de turbulencia nos cambiará.
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