El partido de hoy entre Barcelona
y Real Madrid ha sido escogido una vez más por los medios independentistas como
objeto de sus delicias. Les vale como exhibición en las televisiones de todo el mundo, ávidas
siempre de sorprender a sus espectadores con noticias poco cotidianas, y como
un perfecto trampolín para sus exigencias, del que sabrán sacar todo el partido
que les interesa.
Sea cual sea el resultado del
partido será utilizado como palanca para promover la secesión, quizá no lejana,
de Cataluña y el País Vasco. Uno echa de menos que los políticos no
nacionalistas salgan en tromba a defender los intereses de todos, de la misma
forma que los nacionalistas salen como torbellinos a defender los suyos sin
importarles el qué dirán.
Los nacionalistas presentan un
partido jugado por un puñado de catalanes, varios españoles no catalanes y unos
cuantos extranjeros contra un grupo de españoles de diversas procedencias y
varios mercenarios de todos los rincones del mundo como un enfrentamiento entre
Cataluña y España. ¿Cataluña y España?
Si el resultado fuera de victoria
del Barcelona se presentaría interesadamente como ejemplo del potencial de
Cataluña y si la victoria fuese del Real Madrid sería una victoria de los pérfidos
enemigos, capaces de cualquier artimaña con tal de derrotar a una virginal
Cataluña, victima, cómo no, de alguna tropelía españolista. Uno siempre queda a
la espera de la reacción de los barcelonistas de toda España pero no parecen
darse cuenta de cómo su afición por este equipo es manipulada interesadamente.
No soy tan aficionado al fútbol
como para conocer la nacionalidad de los jugadores de los dos equipos, salvo el
conocido argentino y el popular portugués, pero que jugadores del Barcelona
participen tan torpemente de la politización que su junta directiva lleva a
cabo es muestra de las pocas luces que adornan a algunos célebres deportistas.
Ya no compran los libros por metros ni consumen supositorios por la boca, como
cuentan las leyendas urbanas, pero parecen tener menos luces que un desierto.
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