Algo tiene el poder, y más cuando
asoman dos elecciones a menos de un año, que los desorienta. Dice Rajoy que ya
no hay crisis, que sanseacabó, que España pronto va a volver a ser Jauja. Algo
tiene la derecha que se vuelve tonta, que no ve que solo si atendemos a los
datos macro económicos es posible que sea así, pero que detrás de este éxito
(Cuando llegue…, de momento la luz de final del túnel puede ser una triste luciérnaga)
que detrás de este éxito hay millones de españoles en el paro, hay miles de
desahucios, hay inversiones en Educación o Sanidad no realizadas y hay decenas
de miles de españoles que han de trabajar en el extranjero para tener un lugar
donde caerse muerto.
Pero, si me permiten añadir, lo
que más me duele es la generación de jóvenes sin futuro que tenemos detrás de
nosotros y la cantidad de padres de familia que sobreviven con míseros sueldos
imposibles de estirar hasta fin de mes… duele imaginar la miseria económica que
se esconde en algunos hogares en los que comprar los libros de la escuela es un
milagro económico del tamaño de la multiplicación de los panes y los peces.
Sí, sí, es posible que para decir
esto Rajoy tenga más razones que aquel infeliz de León que vio brotes verdes en
el pedregal desértico que atravesábamos entonces. Pero cierto es que arrancamos
desde mucho más atrás, con mucho más paro, con mucha mayor desinversión en Educación,
en Sanidad, en obras públicas y con una España a medio desindustrializar. Que Rajoy
se acuerde ahora de sus brotes verdes supone olvidar una realidad dramática
porque a él le conviene políticamente, supone un menosprecio a todos los que
mendigan un trabajo por las diversas oficinas de empleo, a los ingenieros de
caminos, canales y puertos que están en Alemania en una cadena de montaje de
batidoras, a todos los camioneros que hacen jornadas de doce horas.
Pero sobre todo es una ofensa a
la realidad, a miles de padres con sueldos de seiscientos euros al mes, a miles
de maestros, médicos y enfermeros jubilados cuyo puesto de trabajo no se
repone. Algo tiene la falsa derecha española que se olvida de la importancia de
lo social, que deja expedito el camino de la justicia social a los parias a la
izquierda podemista, a la izquierda asilvestrada que tiene en Maduro un líder,
en Castro un ejemplo y en Granma un modelo, a la izquierda que hoy nuevamente
se preguntaría, con las manos en la cabeza, “¿Libertad para qué?
Algo tiene la postiza derecha
española cuando no sabe retener el poder. Algo tiene el poder que los desorienta.
Algo tiene el poder que los hace mimetizarse con el paisaje. Con la oposición.
Algo tiene la falsa derecha española que no sabe dónde meterse. Salvo en Suiza.
Algunos, quiero decir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario