Palencia es una emoción:

23 marzo 2015

En defensa de Pablo y Tania

Antes de que el lector poco avisado se llame a engaño déjenme decir que estoy en las antípodas ideológicas de Podemos, del bolivariano Pablo Iglesias y de su ex muy querida novia Tania Sánchez. Pero voy a defenderlos, caramba.

Aunque sus recursos políticos son muy fáciles de analizar, elocuencia sencilla, directa y de claro origen didáctico, no es detalle en lo que ahora me voy a detener salvo para decir que de ellos alguna cosa podrían copiar los políticos tradicionales. En su ideología tampoco voy a entrar en este momento si no fuera para llorar el hecho de que tantos andaluces quieran ser venezolanos o cubanos. O iraníes. Deprimente.

Pero ayer, coincidiendo con los resultados de las elecciones andaluzas, se conoció un comunicado suyo anunciando su separación sentimental: “Ya no somos pareja”, no un “Ya no somos novios” o “Hemos roto nuestro compromiso”. No, lo que dijeron  fue “ya no somos pareja” lo que les acerca al “Gordo y el Flaco”, a “Martes y Trece” o a Belén Estaban y Andreíta. Joder, qué éxito. La Sociedad debería meditar sobre este nivel de complicidad, de compromiso y de estabilidad emocional. Si las gentes jóvenes de hoy son “pareja” y si ese es el nivel máximo de relación personal que quieren establecer ¡manda cataplines…!

Sin embargo les concedo gran acierto al ofrecernos su comunicado y al escoger el momento. Una relación que debiera ser privada ha trascendido por la relevancia social de los afectados y gracias a la prensa, a la peor prensa, circunstancias de su propia intimidad han pasado a ser comentadas en cualquier barra de bar, entre cabezas de gambas manoseadas y palillos de dientes chupados. Y no ha sido por su culpa, evidentemente.

España es tan lamentable y barriobajera como para eso. La vulgaridad generalizada permanecerá ya para siempre en la idiosincrasia nacional gracias a Telecinco y otros medios de la misma calaña, dejando impronta imperecedera que nuestros nietos usarán para criticarnos y reírse de nosotros. Que los protagonistas escogieran la fecha de ayer, cuando todos andábamos mordiendo uñas entre sondeo y sondeo, entre resultado y resultado, entre tertulia y tertulia solo indica a mi parecer el deseo de cumplir un protocolo exigido por una sociedad enferma y pasar lo más desapercibidos posible. “Españoles, os comunicamos esto y os rogamos que a partir de este momento nos dejéis en paz, coño”. La buena de Tania se ha extendido diciendo: “Vivimos momentos en la política española en los que se usa lo personal de manera un poco chunga”. Cierto, cierto. En España ya no hay nada trascendente, ni la intimidad ni las relaciones sentimentales ni el concepto de nación, todo es negociable, violable y comerciable. Mientras haya quien mantenga que Belén Esteban ha escrito un libro, mientras haya quien lo compre, mientras haya quien lo promocione en televisión, España no tendrá remedio.


Y tampoco mientras haya desahucios, enfermos sin medicinas u hospital, niños sin maestros o licenciados sirviendo hamburguesas.

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