Palencia es una emoción:

29 noviembre 2015

En nombre de la libertad, acaben con la navidad!

Ya puede el lector empezar a llamarme facha y no parar hasta llegar a Estambul pero Europa está perdida. Mientras los valores religiosos de la sociedad son cada vez más estimados en cualquier parte del mundo y defendidos por el Estado (escoja el lector la capitalista América, la Rusia postcomunista o cualquier lugar del revuelto mundo árabe) en Europa estamos cancelando y atacando aquellos valores cristianos que nos han hecho como somos: Una región del mundo estable, democrática, culta y avanzada. Sí, sí, ya sé que hay enormes injusticias, es que somos humanos y por lo tanto perfectibles. Y para los más… “avanzados” de mis lectores les recuerdo que hasta en la bolivariana Venezuela Chávez aludía a Cristo y a la religión en sus mítines-río. Me descojonaré si alguna vez Pablo Iglesias osa…

Pero no, nosotros somos más listos que nadie y estamos desconectándonos, permítanme usar la palabra de moda, de la religión, de Cristo y de todos los santos de la corte celestial. Hace muchos años que las luces navideñas carecen de toda alusión a la navidad. Todo ello con la anuencia de este estúpido PP que tiene miedo de que le llamen (más todavía) facha. Como si estuviese en su mano evitarlo.

Pero el fenómeno no es exclusivo de España. Lo de caer bien a todo el mundo aun a costa de nuestras esencias también se da en Italia, hasta el punto de que como ustedes sabrán un instituto de los alrededores de Milán ha cancelado el portal de belén y la celebración habitual de la navidad para que no se le cabreen los alumnos “de otras culturas”. Hay que ser payasos. O timoratos. O ignorantes, a elegir.

Estamos entregándonos con manos y pies atados a otras culturas, esencialmente a “otra” cultura cuyos miembros más brutos, salvajes y mejor armados nos rebanarían el cuello en menos de lo que se tarda en decir “amén”. Uy, no, esperen, “amén” no, qué disparate de sacristía, pongan ustedes otra palabra más corta, digamos… “Santo Estado Laico”. Como poco.

Hace ya tiempo que la navidad dejó de ser una fiesta religiosa para ser una quincena entre la semana de oro de El Corte Inglés y las rebajas de enero. Desde hace un tiempo la estúpida sociedad capitalista renunció a lo que nos hizo grandes y fuertes y libres y democráticos para no ofender a tanto agnóstico, ateo o soplapoyas laico. O religioso, tal vez muy religioso, con tal de que no sea cristiano. No podemos instalar el belén para no ofender, no podemos celebrar la navidad para no molestar, no colgamos luces de navidad para no provocar. Eso sí, la exposición “cultural” de Pamplona no se puede prohibir.

Ya puede el lector empezar a llamarme facha y no parar hasta llegar a Estambul pero Europa está perdida. ¡En nombre de la libertad, manda cojones!


(Por cierto, parte de los padres que han protestado en Milán por la aludida supresión navideña eran musulmanes, conste)

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