Que los españoles hemos sido desde siempre uno de los peores pueblos del mundo (ah, ¿pero somos un pueblo?) con las peores páginas de la Historia detrás de nosotros es una de las cancioncillas de la guerra progre que algunos odiadores natos enarbolan frecuentemente. No se trata ya de la Leyenda Negra de interesado origen anglosajón (¿Qué pasa, que Inglaterra iba pidiendo permiso a los aborígenes para colonizar sus tierras? ¿Dónde quedan más nativos americanos, en Ecuador o Bolivia o tal vez en Massachusetts o Illinois? ) sino de esa estupidez colectiva que se ha adueñado últimamente de determinados catalanistas, a veces apellidados Pérez, y que ha decidido quitar a Colón de Barcelona o eliminar la plaza de la Hispanidad.
Pero no solo estos dos grupos sociales, hay auténticos memos que disfrazados de "gente" se avergüenzan de nuestra historia y pretenden acusar a España (¿También a la inexistente Corona catalanoaragonesa o solo a la España castellana?) de increíbles genocidios y mil y un desmanes cometidos a lo largo de los siglos.
La primera estupidez, que ya he criticado diversas veces en este blog, es juzgar las fechorías, escojo adrede la palabra, del siglo XV y sucesivos, con los criterios éticos y morales del siglo XXI, Revolución Francesa y viajes a la luna y a Marte por el medio. Nadie, ninguna entidad, ninguna sociedad, ninguna obra humana resistiría esa prueba del algodón. Implica por otra parte olvidarse interesada y vilmente de la parte grandiosa de la conquista de América. ¿Se nos olvida que esas "idílicas" culturas que supuestamente hemos destrozado sobrevivían guerreando unas contra otras en luchas en las que no se hacían prisioneros, o si se hacían era para sacrificarlos cruelmente ante sus respectivos dioses? ¡Que hasta los perdedores de sus partidos de pelota eran sacrificados! Y no, no se me olvida que entre esos violentos y sanguinarios pueblos los había que habían desarrollado algunos aspectos de la cultura.
No voy a defender que la colonización de América haya sido ejemplar o modélica. ¡Es que era como se hacían antes las cosas, no se comprendía otra forma de obrar! ¡No había Derechos Humanos que defender! Y sin embargo, en Norteamérica las hordas inglesas primero y yanquis después acabaron con las tribus indígenas, obligándolas a vivir en reservas, arrojándolas de sus lugares habituales de residencia y de caza. Y sin embargo esto permanece escondido y disimulado. Oiga, ¿ha visto usted la cara del presidente de Bolivia? Por favor, compárela con cualquiera de los presidentes de EE.UU. Incluso con la del actual. ¿Genocidio?
No, no podemos estar orgullosos de todos los aspectos de nuestra historia. ¿Pero ha visto usted a políticos ingleses flagelarse las espaldas como a estos cuatro imbéciles españoles?
Más aún, si los españoles debiéramos hacernos el harakiri por cuantos errores hemos cometido a lo largo de nuestra historia ¿no deberían hacerlo también los italianos por las conquistas romanas? Y ya puestos... ¿qué debería hacer el pueblo europeo que ha ocasionado dos guerras mundiales? Dos, oiga, dos. Y en el siglo XX. Después de la Revolución Francesa y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero no veo a sus políticos ni a su "gente" estar todo el día dando el coñazo con sus culpas propias ni con su arrepentimiento. ¿Genocidio? Váyanse a ya saben dónde.
1 comentario:
Sobre este asunto opino que hay algo más ridículo que las opiniones que hacen nuestros "progres" catalanes u otros españoles sobre este tema: las que hacen los mismos descendientes de los pretendidos "opresores" de la conquista de la América hispana, que son los que habitan en aquellas tierras.
Oiga, que si hubo excesos y hechos condenables los hicieron sus tatarabuelos, que los míos seguramente se quedaron aquí pacíficamente guardando ovejas. No tenemos quienes residimos en España herencia de culpa global alguna por lo que hicieran cientos de desarraigados, aventureros, presidiarios que prefirieron irse a "las Indias" a hacer fortuna, engendraron allí a sus hijos y la mayor parte allí acabarían enterrados, ya que hoy sus descendientes son la mezcla de razas que en la América desde Ushuaia hasta el Río Grande conviven. Lo mismo lo malo que lo bueno, pues las universidades en Lima y otras ciudades también las hicieron para los nativos.
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