Palencia es una emoción:

04 junio 2017

Hay que parar este turismo

Leo en elpais.com, con la firma de Paco Nadal, una lista de lugares enemigos del turismo. Otra más. Y lo entiendo. Digo, listas de lugares muy turísticos enemigos del turismo. Contradicción. No sé si debo decir que es una contradicción aparente o lógica. O ambas cosas. Lo que tengo claro es que de alguna forma hay que parar esta invasión humana que destruye al hombre.

Las ciudades son grandes, demasiado grandes. Algunas ciudades. Barcelona. Madrid. Y además son invadidas por millones de turistas que llenan calles, plazas y parques. Son ya conocidas las reacciones de ciertos sectores de la población contra este disparate que impide llevar una vida lógica y sensata. ¿Para qué necesita más turistas Barcelona? ¿Para qué necesita crecer más? ¿Para qué necesita Venecia más turistas? En ese crecimiento ¿en qué salen beneficiados sus ciudadanos? ¿No es suficiente ya con lo que hay? ¿No hay suficiente riqueza (sí, mal repartida), suficientes habitantes, suficiente aglomeración, suficiente contaminación, suficiente desarrollo como para repartirlos, lo bueno y lo malo, con otros lugares? ¿No convendría un desarrollo más lógico, más cauto, más compartido, más humano para nuestra sociedad?

Me encuentro en las antípodas ideológicas de Ada Colau, es lo opuesto a una infinidad de cosas sensatas que he ido aprendiendo en la vida, pero tiene mucha razón cuando quiere poner freno a esta barbarie, controlar el número infinito de hoteles, frenar la avalancha de turistas que todas las mañanas desembarcan en las Ramblas. Una ciudad así no es humana. Concentrar en determinados puntos de la geografía esas inmensas riadas de personas que llegan, consumen imágenes para su colección de recuerdos, y desaparecen después de haber ensuciado, estorbado y molestado es la degradación del sentido común. Igualmente concentrar en determinados puntos de España el crecimiento económico, el desarrollismo industrial, las inversiones en infraestructuras es condenar a la extinción a las dos Españas, tanto a la industrial, desarrollada, contaminada y habitada España periférica (si exceptuamos a Madrid, mesetaria e interior) y a la España olvidada, rural, deshabitada, mortecina, pastoril, desindustrializada, envejecida, abandonada, agrícola, reseca y decadente.

Observe el lector que los adjetivos dedicados a esta última España son más numerosos. En ella vivo y en ella soy feliz. La conozco bien porque es mi día a día. A esta España no le importaría compartir algo de población y turismo e inversiones con Barcelona, Madrid o Torremolinos. Conste que yo no cambaría mi pequeña capital por una mayor. Pero hay infinidad de posibilidades, de huecos que rellenar o de lugares a punto de desaparecer en una España que está muriendo por inanición mientras otra España está a punto de morir por exceso de riqueza, grandeza e inversiones. Si, insisto, mal repartidas entre sus habitantes.

Comprendo que los ayuntamientos quieran poner coto a este dislate. Las ciudades surgieron en Mesopotamia para vivir. Y son invivibles. Ser más grande, tener más millones de habitantes o más miles de habitaciones turísticas es tener miles de problemas más. No es mejor el más grande sino el que vive mejor. Lamentablemente en muchas ciudades grandes se vive peor.


Por razones que se me escapan España ha elegido un turismo de alpargata que en poco nos beneficia. Parece que en su momento alguien pensó que millones de mineros galeses borrachos o millones de obreros alemanes drogados y tratados como ganado eran mejor solución económica que unos pocos millones de adinerados dispuestos a pagar lo que se les pidiera si les ofreciera selección. Pero España es país de botellón, no de selección.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola soy de Lloret, aquí he aterrizado por lo que escribiste hace años de Lloret. Con lo bonito que era en los 80-90-2000, costas las de levante, playas las de Lloret. ahora los guiris borrachos, cerdos, maleducados invaden las ciudades de TODA España. I dont understand. el mundo está muy loco. donde llegaremos???

pinakle

Anónimo dijo...

pienso como tu, porque todo el mundo siempre quiere más y más?? está todo muy mal repartido en el mundo, suerte que todo llega a su fin. pongámonos cómodos y disfrutemos del espectáculo.

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