Palencia es una emoción:

15 noviembre 2017

Lo de Cataluña en Palencia

Yo sé que lo de Cataluña es muy preocupante, que está todos los días en los informativos, que es un atraco a mano armada, que usted o su vecino del tercero izquierda ha colgado la bandera de España porque piensa que los derechos de todos los españoles están siendo pisoteados… y… Y yo también estoy preocupado. Hacemos bien en preocuparnos porque es el bien de todos.

Pero estar interesados por este grave asunto no debería distraernos de otros problemas, igualmente graves pero mucho más próximos. Tan “nuestros” y tan relevantes pero infinitamente más inmediatos en el tiempo y en el espacio. Nos van a cerrar una de las pocas formas de entrada de dinero, de subsistencia, de la provincia de Palencia. La Térmica de Velilla. Somos una provincia con escasa industrialización. Muy escasa. Si quita usted esa importante multinacional del automóvil y sus industrias auxiliares nos quedamos solo con el campo. El duro campo castellano. Duro y seco, este año especialmente seco.

Así, sin buscar ni en mis papeles ni en mi memoria me viene a la cabeza el día en que se llevaron Fontaneda de Aguilar. O cuando cerraron la azucarera de Monzón, y nos llenaron de bellas promesas de sustitución industrial. Incumplidas, claro. O cuando se llevaron la azucarera de Venta de Baños y nos pintaron un futuro fabril de color rosa fosforito. Todo falso, de nuevo. O cuando de nuevo en mi Venta de Baños natal, sumergieron una de las más importantes estaciones de España en un proceso de decaimiento hasta convertirla en un apeadero. Otra tomadura de pelo.

Yo sé que lo de Cataluña es muy preocupante, que es un atraco a mano armada, que usted o su vecino del tercero izquierda ha colgado la bandera de España porque piensa que los derechos de todos los españoles están siendo pisoteados… y… Y yo también estoy preocupado pero además estoy profundamente irritado con estas otras cosas que me tocan también muy de cerca, que me tocan también la sensibilidad, que me tocan también mis sentimientos más viscerales. Pero nadie reacciona. Nadie reacciona al pasar por los vacíos polígonos industriales de Magaz o de Baltanás. Nadie reacciona al pasar por pueblos que fueron los primeros de España, Paredes de Nava, por ejemplo. Nadie reacciona ante la lenta decadencia de Tierra de Campos, de la Montaña…

Yo sé que usted puede estar pensando que eso es cosa de los políticos, es posible. Pero usted bebe con ansia todos los informativos sobre Cataluña, va al bar y discute de ello y cuando esta navidad se reúna con los cuñados ¿de qué va a hablar? Pues eso. Ah, sí y de fútbol, cómo se pone usted cuando pierde el… o el… ¿Y todo lo que ha largado por esa boquita acerca de los colores de la camiseta de la selección nacional? Si es que tenemos nación, que ya veremos cómo acaba esto cuando acabe…

Sí, puede que esto sea cuestión de los políticos, pero no de nuestros políticos. Quiero decir…, el abandono a que estamos sometidos, la despoblación, la desindustrialización, supera las competencias de unos ayuntamientos preocupados por el día a día, o de una Diputación que hace lo que puede con el dinero y las capacidades que tiene. No, no me vean salvando a unos políticos porque sí, me da igual el color de la chaqueta que vistan. Algún día les hablaré de un político palentino, furibundo y radical nacionalista hasta hace unos años y ahora cargo electo por un partido antinacionalista. Algún día… Pero estaba diciendo que lo de las chaquetas que vistan da igual. Que el problema les supera.  Y que usted que ha colgado la bandera de España por una causa noble solo se encoge de hombros y se resigna por otra causa igualmente noble pero más cercana e inminente.. Ya, claro, en el telediario esto no sale, bueno, lo nombran de pasada y luego se van a lo de la camiseta de la selección. Los políticos, allá, tan lejos, no mueven una mano salvo si están en la oposición. Y la única mano que vale para esto es la que firma el Boletín Oficial del Estado. Ninguna empresa procedente de Cataluña ha venido. Al contrario, lo poco que hay se lo quieren llevar, a veces, como ahora, al limbo.


Hala, señores, con Dios. Resignada y mansamente, hasta la semana que viene. Somos lo que somos porque no salimos en el telediario, porque nos encogemos de hombros. 

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