Si yo fuera mujer haría la huelga
feminista. Creo que su trabajo, más allá del campo laboral, no está
suficientemente reconocido. En realidad de la huelga feminista lo único que me
molesta es que sea feminista… a mi humilde y torpe parecer bastaría con que
fuese femenina. Lo demás… es burda manipulación y ganas de arrimar el ascua a
la sardina propia.
Dejando aparte del ámbito laboral,
el mundo se pararía sin la labor desinteresada de tantas mujeres, creo que el
trabajo hogareño, familiar, íntimo, que realizan es invisible a los ojos de un
mundo que está acostumbrado a que las cosas sean así y entiende que por ello,
porque siempre ha sido así, ese trabajo no tiene valor.
No me refiero, como estarán
apreciando los oyentes, al trabajo profesional, ni al hecho, dicen que
demostrado, de que ellas ganen menos que nosotros por el mismo trabajo, la
misma preparación y la misma dedicación, no. Me refiero al trabajo del ama de
casa anónima, que cuida el puchero, que pone la lavadora y que recoge la mesa.
Y soy consciente de aludir a los ejemplos más visibles, más obvios, y que el
oyente podrá sin duda poner otros igualmente de cotidianos e importantes pero
menos socorridos.
Si las mujeres fuesen conscientes
de que el mundo se pararía sin ellas el mundo se pararía con más frecuencia. Si
cada vez que a un tonto se le escapa un “qué buena estás, Maripuri” su mujer le
dejara sin postre o sin ropa limpia, algo tan simplemente simple, el mundo
sería mejor. Si además entramos en las cuestiones profesionales la pelea me
parece aún más clara a favor de las razones… femeninas. Doy por descontado que
a las conductoras de autobús se les exige y se les paga lo mismo que se exige y
se paga al más machote de sus compañeros. Otro tanto cabría decir de policías y
…y todos los trabajos que usted pueda imaginar.
Quiero hacer un paréntesis, para
insistir que a mí me molestan especialmente todas aquellas circunstancias de la
vida cotidiana que sufre una mujer en su ámbito más próximo, doméstico,
familiar, vecinal, en el autobús o por la acera, esa superioridad que algunos
creen tener por ser hombres. Déjenme que les cuente una anécdota: hace años un
conocido presentó una demanda contra una empresa y buscó testigos que apoyaran
sus tesis. No quiso llamar a una compañera de trabajo porque pensaba los jueces
le harían menos caso que a su masculino compañero de pupitre. “Es que es una
mujer, es más serio que vaya Manolo”. Sirva de… (bueno, no sé muy bien de qué)
que el hombrico era mayor y un tanto rústico. ¿Sirve de algo? No, creo que no,
pero eso me pasó.
Pero decía que lo que menos me
gusta de la huelga es que sea feminista en vez de femenina. Uno se cansa de ver
a los partidos políticos detrás de los movimientos sociales, queriendo hacernos
creer que son movimientos espontáneos y apartidistas… Sólo hay en el mundo una
cosa de más valor que un euro: Un voto. Algunos movimientos feministas se han
convertido en movimientos antihombristas o antimasculinistas si ustedes
quieren. La radicalidad y la falta de respeto en cualquier persona indica mucho
de sus limitaciones. Hace unas décadas el papel social del hombre estaba
tremendamente claro, perfectamente definido; el hombre era, si ustedes me
permiten simplificar, la autoridad y bastaba. Ahora ser hombre es mucho más
complicado, es un papel mucho más arduo porque está definiéndose continuamente,
en perpetuo cambio, estamos eternamente en busca de la adaptación a la
realidad, a una realidad inestable y también en perpetuo cambio.
Y acabo. En mi vida profesional
he visto machismo hasta el ridículo por muchos lados porque la sociedad
evoluciona más deprisa que sus miembros. ¿Saben cuál es la escena más machista
que veo repetida todos los años sin que nadie se queje? La de la guapa actriz,
modelo, presentadora o lo que sea, que todas las galas de fin de año se
despelota en la tele, vistiendo un espectacular “no-traje” para atraer más
público a esa cadena con su cuerpo al aire. Por cierto, ella cobra mucho más
que el varón con cara de cabestro que la acompaña. No, él no se desnuda,
afortunadamente. Pero tampoco veo a las feministas armar la marimorena por esta
manipulación, degradación y utilización de la imagen femenina. De cierta imagen
femenina.
Con Dios, señores, que hoy tengo
prisa. Hasta la semana que viene.
................Mi artículo semanal en Onda Cero Palencia
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