Palencia es una emoción:

03 mayo 2007

España, ¿para qué te quiero?

Nada excita tanto el celo democrático de los partidos como la proximidad de unas elecciones. Mucho antes de que suene la señal de partida se oye por doquier el alboroto propio de esta excitación cuasiadolescente. Antaño el grito popular era “Al ladrón”, ahora ha sido sustituido, o debería, por “Al corrupto”. O “Al corruto”, dependiendo de quién lo diga.
“Al corrupto” o “Al tramposo”, que para todos los gustos hay. Llevamos ya largo tiempo con muy graves denuncias, casi siempre ligadas al urbanismo excesivo, que enriquece a unos cuantos y empobrece a todos. España limita por todas partes con un ladrillo, vista desde el mar es una muralla de hoteles y apartamentos; desde el interior, vista desde el campo, es un agujero de golf rodeado de adosados. España, ¿para qué te quiero? Para construir, naturalmente.
El caso es que las denuncias se extienden por igual a la costa que a los escasos bosques que en el interior nos van quedando. Además afectan por un igual a ambos grandes partidos, ambos tienen alcaldes y concejales pillados con las manos en la masa, nunca más exactamente dicho. Sin embargo esas denuncias, en su mayor parte, parecen estar estancadas y PP y PSOE vuelven a presentar a los mismos presuntos corruptos en sus listas electorales. O a sus esposas, qué más da, quizá para que todo quede en casa. A veces me pregunto si no convendría impugnar ante el juez tanta lista viciada antes de nacer, si los que investigan a ASB y ANV no tendrían un huequecito para dedicárselo a los ediles del ladrillo. Sólo hoy, por fin, la noticia es que el alcalde de Pego es el primer cargo público que entra en prisión por delito ecológico. Albricias.
Y tampoco parecen tener solución las múltiples denuncias de trampas electorales. La España de Rinconete y Cortadillo no feneció con el Siglo de Oro, los actuales pícaros ya no hacen de lazarillos de ningún ciego listo ni tienen que trampear para subsistir, ahora militan en los partidos y trampean para ganar poder, que es la razón más indigna de trampear.
Hace ya tiempo, que se acusó al PP de Melilla de enredar suciamente con las papeletas para solicitar el voto por correo. La denuncia no prosperó y fue archivada, nunca más se supo de ella y a la prensa nacional no llegaron las excusas públicas que sin duda alguna pidieron los que se pasaron de frenada al denunciar.
Ahora los denunciados son del PSOE. Del Riojano y del gallego, concretamente, aún con asuntos muy diferentes y de muy diferente gravedad. Al PSOE de la Rioja se le acusa de precipitación al solicitar el voto, quizá una frase desafortunada, publicada antes de tiempo. Lo de Galicia... ahí llueve con más fuerza, Galicia siempre fue terreno abonado a la sospecha, cosas de la Historia. Lo de Galicia, digo, se acerca demasiado a comprar el voto de los emigrantes... ¡Y con dinero público! No cabe ya extrañeza ante la opinión generalizada de que los políticos son nuestro quinto problema.
Si en el caso del PSOE riojano puede tratarse de un descuido o de dejadez –no por ello deberá pasar en vano- en el caso del voto de los emigrantes gallegos es algo especialmente denigrante y sucio. Las reacciones de unos y otros partidos ante semejante espectáculo retratará ante la sociedad a sus dirigentes nacionales y a determinada prensa sectaria que, según su orientación política, ocultará el caso tratando de echarle tierra encima o aprovechará para sacar las uñas y lanzar dardos envenenados contra los rivales.
Dicen que eso es democracia.

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