Palencia es una emoción:

25 febrero 2008

Dictaduras comunistas hereditarias.

Claro que también podría haber titulado “Gerontocracias hereditarias”. Porque ahora toca Cuba, pero podríamos haber estado hablando de Corea del Norte. La Unión Soviética también era una gerontocracia, aunque no hereditaria, lo que a los rusos les daba exactamente igual. Entre comunistas quedaba todo, todo nacía y moría en la dictadura del proletariado y los inviernos en el archipiélago GULAG eran igual de duros, gobernase quien gobernase, se llamase como se llamase.

En un requiebro del comunismo a la Historia cuando las dictaduras comunistas tienen que afrontar “el hecho sucesorio” eligen enrocarse en la propia familia del dictador. Antes Corea del norte, ahora Cuba del Caribe. La familia que se promociona unida permanece unida... en el gobierno.

Cincuenta años en el poder, qué amor al trabajo, con las ganas que tengo yo de jubilarme. Castro se empezó a morir hace diecinueve meses y ha nombrado heredero a Castro. Que viva Castro, dicen los Castro. Al menos la dictadura franquista no nos dejó como Jefe del Estado al marqués de Villaverde, aunque habría estado divertido contar cuántos chistes hacíamos los españoles de tal suceso. En España éramos unos cachondos que hacíamos chistes sobre la dictadura, que era una forma de sobrellevarla.

De Castro a Castro y gobierno porque me toca. No sé si en Cuba estarán haciendo chistes al respecto, la herencia genética y cultural española que tienen inclina a pensar que sí, pero las carencias que sufren me llevan a pensar que no, con el estómago vacío es difícil buscarle la gracia a la vida. El caso es que como todos sabíamos, no hay sorpresas, Raúl Castro sucede a Fidel, ni mucha vida ni un largo futuro parece que le aporte a la penúltima dictadura del proletariado que va quedando. Si las dictaduras, la de Franco fue un muestra, no suelen enmendar problemas, sino aplazarlos, éste es un claro ejemplo.

En Cuba no ha habido debates en las teles para que los ciudadanos pudieran elegir presidente, pero tampoco tiene mayor importancia, los debates no suelen servir para mucho. El que sea mejor orador, más telegénico o insulte mejor a su adversario no tiene por qué ser el mejor presidente, ni más honesto ni más capaz, eso que se ahorran los cubanos. Directamente, sin tapujos ni medias tintas, setenta y seis años sustituyen a ochenta y uno, inexperto no parece que sea el nuevo presidente, toma relevo generacional a la cubana. Fuera de eso se acabó la novedad, está por ver todavía que con una dictadura comunista se pueda acabar desde dentro, será un reto histórico para el comunismo. A Raúl Castro le ha tocado hacer de Adolfo Suárez, pero con Franco-Castro en vida, observando, tomando nota y… escribiendo en Granma.

¿Y después de Raúl, quién? ¿Los hijos secretos de Fidel? Chávez ya se ha postulado para cuando se produzca el siguiente “hecho sucesorio” enviando aplausos y abrazos a todo el que pasaba por La Habana en ese momento. Claro que si falla Chávez, cualquiera de los entusiastas fans que los Castro tienen en la plataforma de cantantes, artistas y varios que apoyan a Zapatero puede sustituirle.

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