No entiendo la fiebre debatidora que se nos ha despertado de pronto. Para mí que queremos parecernos a nuestros hermanos mayores en esto de la democracia. Nunca seremos como Estados Unidos, en algunos asuntos afortunadamente.
No entiendo a aquellos que piensan desde las tribunas de opinión que de estos debates podemos concluir quién va a ser mejor presidente del Gobierno. Como mucho se podrá saber quién es más telegénico, o quién debate mejor o… Quizá incluso, quién tiene mejores asesores. ¿Pero acaso han hablado de nosotros y de nuestros problemas? Miren, mañana me tengo que levantar para ir al trabajo, cuando acabe mi jornada tendré que esperar media hora en una consulta atestada a que un médico cabreado y en huelga intermitente me atienda este penoso resfriado, después he de ir a una reunión en el cole de mi hija que pago religiosamente todos los meses y a la vuelta tendré que llenar el depósito de mi coche. Como mucho habré descansado un rato tomándome un café con leche a 1€ y 20 céntimos, me da igual la nacionalidad del camarero y si es amigo o no de Arias Cañete, me lo va a cobrar igual. ¿Alguno de los candidatos va a solucionarme el día?
Me fastidia que quieran que España se parezca a Estados Unidos, afortunadamente aquí, y a pesar de las esperas, tenemos un sistema de Seguridad Social que ya quisieran ellos. Yo no necesito que haya debates para decidir a quién voy a votar. Dos señores discutiendo porque quieren ser el próximo presidente del Gobierno no es algo serio, sólo es un espectáculo y como tal se televisa, pero no es política. De lo que he visto, muy poco, y de lo que me van a contar periódicos, radios y teles no voy a sacar conclusiones juiciosas para mi voto. Los medios están repartidos ideológicamente y son muy pocos los que alcanzan cierta independencia y neutralidad, ¿voy a dejar que ellos me aconsejen lo que voy a votar?
¿Quieren que les diga más? Usted va a perder las elecciones del día nueve. Sea cual sea, el partido ganador va a tener que pactar con partidos nacionalistas para poder gobernar. Y pondrán sus condiciones en unos duros acuerdos: impuestos, traspasos, infraestructuras para unos que habrán de salir de los impuestos que pagamos todos, usted también. Usted es castellano, tal vez extremeño o aragonés, no tiene ningún partido nacionalista que defienda sus intereses en esas negociaciones, ¿quién le representa a usted a la misma altura que están representados catalanistas o vasquistas? ¿Acaso yo voy a estar representado cuando se decida qué autopistas se van a llevar a cabo o qué trenes de alta velocidad van a cruzar y por dónde?
Miren, me voy a la cama, mañana tengo que trabajar.
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