Palencia es una emoción:

17 enero 2010

Zapatero en misa y repicando

En los últimos meses han ocurrido tres cosas que no creía llegar a ver nunca: Que un negro gobernase EEUU, que un López gobernase Euskadi y que Zapatero fuese a misa. Dado que las tres cosas increíbles, y muchos otras, han ocurrido o van a ocurrir muy pronto una de las conclusiones que hay que sacar es que en política nunca puedes decir nunca.
 
En realidad no se trata de una misa, ya sabemos, ya. “Sólo” se trata de un acto religioso que empieza con una oración y termina con otra. En medio se rellena con más oraciones, claro. Y con lecturas y alusiones bíblicas. ¿Qué pinta el agnóstico Zapa en ese invento? Pues no se sabe, pero creo que por una vez nuestro presidente tiene razón y que esa pregunta se debe formular a los que le han invitado. ¿Sabrán a quién han citado o tocan de oídas?
 
Confieso mi interés por conocer la actitud de Zapahuero durante el evento, ¿qué hará mientras los demás rezan, en qué pensará, a qué dedicará su silencio? De momento sólo puedo dar por descontado que será una actitud de respeto y prudencia, aunque por dentro vaya maldiciendo a los fachas que le han convocado. Porque mira que son fachas perdidos, la de cositas lindas que diría de ellos Pepe Blanco si fueran conservadores católicos españoles. Quiero decir “la de cositas lindas que dice Pepe Blanco de los conservadores católicos españoles”, pongamos que hablo de Rouco o Munilla. Y eso que conservadurismo por conservadurismo lo nuestro es de juguete.
 
Pero éstos son yanquis y allí todo funciona de otra manera, no les importa mezclar religión y política. En España nos preocupa juntar la política con cualquier cosa. Nada de religión y política, por ejemplo. Ni deporte y política. Tampoco nadie osa mezclar la realidad con la política, como es generalmente conocido.
 
Ni se nos ocurre combinar España con la política, está por ver que en la final de la copa del Rey salga al césped David Bisbal a cantar el himno nacional. “Estatal”, quiero decir. Bueno, a tararearlo. Y que todo el público se ponga de acuerdo para levantarse y escucharlo en silencio. Si será verdad eso de que Spain is different que aquí el acuerdo del público en un estadio fue para silbar al himno, toma ya país raro el nuestro. Claro que esto sólo puede pasar en un país de la maravillas presidido por un presidente que dice tan tranquilamente que el concepto de nación es algo discutible y discutido. Y no pasa nada. Bueno, sí pasa. Que le reeligen.




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