Yo no sé dónde estaba el 23 F de hace treinta años. O si lo sé no quiero acordarme, el presente es suficientemente potente como para que me preocupe más que el pasado. Andan revolucionados con lo que pudo ser y no fue, ni sé ni me importa si lo paró el Rey o lo paró la ineficacia de los golpistas. Porque somos un país experto en ineficacia, como se está demostrando estos días. En Libia.
Hace unos días una socialista me decía “Parece que la culpa de la crisis la tiene Zapatero”. Yo me callé porque la quiero mucho y porque no conviene derribar ciertos mitos. Hay que mantener los mitos presentes en nuestra vida para aprender de ellos, sea lo que hay que hacer en caso de conflictos, sea lo que no hay que hacer. Antes a los mitos cuando ya no servían se les ponía sobre la televisión, con el toro y la bailaora, pero ya me contarán qué hacemos con los mitos dados los aparatos de televisión extraplanos que tenemos en la actualidad.
Zapatero es un mito caído y muchos millones de españoles se han dado cuenta, tarde, pero se la están dando. Mientras tanto seguimos disfrutando de lo que hemos votado. De lo que nos han votado. No conviene derribar ciertos mitos, he dicho más arriba, pero ¿qué hacer cuando el mito ya ha caído? Zapatero estaría ahora rodando por los suelos si no estuviese fragmentado. Hecho pedacitos así de pequeños. Zapatero no tiene culpa de la crisis, él no la inventó, ciertamente, pero se pasó años negándola, mindundeándola y presumiendo de ser el más listo de la clase europea. Cuando yo era niño a los más listos les ponían una medalla el día de las notas y podía presumir por el patio de ir delante de los demás. Zapa presumió de haber alcanzado a Italia y de tener al alcance a Francia y ya ve usté donde nos hemos quedao, buen hombre. La ineficacia hecha gobierno.
Al tiempo que negaba la crisis e inventaba los brotes verdes abría el grifo del gasto devolviéndonos a todos los contribuyentes un porrón de euros que bien que le habrían venido hoy al Estado, gastándose en regalías generosas lo que no tenía. Lo que no teníamos, quiero decir. La crisis no la inventó él pero mientras la crisis venía y cubría todo de empresas cerradas y parados él se encogía de hombros, silbaba y miraba para otro lado: “que yo no he sido, que ha sido Periquito…” podría tal vez cantar mientras tanto. La ineficacia hecha gobierno.
Ahora, mientras nos crecen los gurtel, los mercasevilla y los “Eres” falsos, ahora cuando los faisanes vuelan bajo y se ponen a tiro de los jueces, ahora mientras nos preguntamos como autómatas dónde estábamos el 23 F, arde África. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que empezaron los primeros problemas en Túnez? Luego Bahrein y Egipto, algo Marruecos y Argelia. Perdonen que me repita, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que empezaron los primeros problemas? La ineficacia hecha gobierno. Ahora Libia.
¿Cuánto tiempo ha pasado desde que empezaron los primeros problemas? ¿Cómo es que ciudadanos españoles han estado abandonados en el aeropuerto sin que nadie hiciera nada por ellos? ¿Cómo es que viendo venir las cosas, ¿o no se veían venir?, ningún departamento gubernamental tenía un plan preparado para sacarlos de allí en un santiamén? ¿Cómo es posible que toda Europa haya sacado del conflicto a sus connacionales menos España? ¿Cómo es posible que una empresa privada haya tenido que fletar un avión para llevar a cabo la tarea que se supone tenía que hacer Zapatero y sus acólitos? La ineficacia hecha gobierno. ¿No sería posible que alquiláramos España a esa empresa privada por un módico precio y su presidente y su Consejo de Administración se hicieran cargo de España?
Yo no sé dónde estaba el 23 F de hace treinta años, me importa el presente. Y me preocupa el futuro.
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