Palencia es una emoción:

09 mayo 2012

El despilfarro de Barreda, que se haga justicia pública.


He tomado prestado el título del artículo de un diario digital para encabezar este artículo. Que el anterior gobierno de Castilla La Mancha (permítanme acercar el ascua a mi sardina y preguntar cuándo va a existir una Castilla-La Tierra de Campos o una Castilla-La Alcarria) tuviera una nave guardando regalos por valor de más de tres millones y medio de euros es un ejemplo penoso, sólo uno más, de la manta de incapaces que hemos tenido dirigiéndonos. La culpa es nuestra por escogerlos y no controlarlos.

Éste es el momento en que el señor Barreda y sus ministrillos autonómicos deberían salir a dar cumplidísimas explicaciones a todos los contribuyentes, pidieran perdón, se cubrieran las respectivas cabezas de ceniza y entraran voluntariamente en prisión hasta que se aclarase todo el asunto. Que se inviertan millones de euros de los costosísimos impuestos de todos los ciudadanos en televisiones, libros, sillones y otros productos tecnológicos en regalos es muestra de la poca consideración que nos tenían quienes eran nuestros empleados más escogidos.

Este ramillete de sinvergüenzas que holgaban a costa de nuestros esfuerzos ni siquiera compraban con vista. No hablo ya del “tanto tengo, tanto puedo gastarme”, sino de “tantos regalos quiero dar, tantos debo comprar”, de modo y manera que cientos de ellos quedan almacenados sin utilildad, perdiéndose de esta absurda manera tres millones seiscientos mil euros sacados de nuestros bolsillo para… para absolutamente nada. Bueno, para tirarlos en una nave abandonada.

Es hora de que la Justicia entre a degüello en temas de derroche y mala gestión de los bienes públicos, castigando ejemplarmente a pérfidos personajes como éstos. Ah, por si alguno de los lectores se frota las manos, piénsese que junto a los de un partido habría que poner a los de otros, como por ejemplo los que han construido salomónicos aeropuertos que no tienen clientes ni aviones (sí, también en Castilla La Mancha aunque teóricamente sea privado, pero también en Castellón) y que suponen una ofensa a toda persona con mente clara, buen juicio y el pensamiento puesto en el bienestar de los administrados.

Dejar pasar ocasiones como éstas sin que la Justicia indague en las responsabilidades de estos irresponsables es ofender a la democracia, a España y a los que pagamos impuestos y nos levantamos todos los días dispuestos a trabajar para mejorar nosotros y hacer que mejoren los nuestros. Es decir, España.

Casos como el del concejal canario que además de abandonar su puesto largos meses (¿a qué esperaba su partido para denunciarlo?) cargan a las arcas públicas con sus cuentas no deben quedar sólo en los titulares de la prensa, sino que deben servir de escarmiento a posibles imitadores. Ah, no, no me he olvidado del consejero que pasaba consulta en Portugal, no me he olvidado, pero no quiero ser demasiado reiterativo. ¡Justicia, coño!

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