Palencia es una emoción:

19 octubre 2012

La única iglesia que ilumina es la que arde


Del desvarío de España en los últimos años hablan por sí solos los desastres económicos, morales y sociales de nuestra patria. (¿Puedo hablar de patria, como si fuese norteamericano, cubano o congoleño, sin por eso ser tratado de facha y nacionalista?) No se trata solamente de una crisis económica sino que ésta viene precedida y acompañada por otras crisis igualmente graves, pero preferimos ignorarlos y creer que en la vida todo se reduce al dinero, la bolsa y la prima de riesgo. Y ya puestas las cosas así la solución pasa necesariamente por quemar unas cuantas iglesias, si es posible con los curas dentro, para iluminar la solución.

Cuando una sociedad carece de un código ético y nada es más importante que el dinero ese país se corrompe y sus cargos políticos se llenan el bolsillo con dinero ajeno; cuando todas las opiniones son igualmente válidas la opinión partidista se ceba en los asuntos graves y no se llega a una solución por falta de inteligencia, de acuerdo y de altas miras. Pero luego viene la encuesta Pisa y, a pesar de haber invertido millonadas en Educación del pueblo, de tener centros educativos muy completos y con modernas instalaciones, de tener varias generaciones de maestros entregados a la mejora de sus alumnos, nos coloca en los últimos lugares de calidad de enseñanza y en los primeros de abandono escolar.

Cuando una sociedad cree que tener los mismos derechos es ser iguales, un chaval de primero de carrera con treinta años tutea con normalidad a su profesor, como si fuesen “coleguis” de toda la vida, y si tiene los bemoles bien puestos y se encuentra respaldado por una sociedad que le ríe la gracia puede asaltarle en una clase y ridiculizarle. El populacho playero aplaude que a ese listillo le haya sacudido un chavalete cualquiera.

Cuando una sociedad está corrompida da igual un profesor de literatura moderna que un actor porno, a ambos se les entrevista en la tele con la ventaja de que el actor atrae un público al que anunciar colonias, coches con “tías” en ropa interior y… preservativos.

Cuando una sociedad está prepotente y demagoga le da igual unos valores que otros, todo es relativo, y una panda de insensatos adolescentes se creen Robin Hood de la democracia por asaltar un cole de curas. Lo hacen para defender la Educación  (digo yo que no será la suya) y los valores democráticos (tampoco los suyos, ciertamente), sin darse cuenta de que son tan incultos, tan atrasados y tan fascistas que sus bisabuelos pagaron caro haber cometido la misma salvajada hace ochenta años ya, siempre en defensa de los derechos de los más pobres de la Tierra, evidentemente. Es lo que pasa en los países incultos, que están destinados a repetir las páginas más penosas y vergonzosas de su historia.

Cuando una sociedad es decadente y bruta nunca aprende de su experiencia y es capaz de repetir un “Viva Cartagena” aún en pleno siglo XXI, arrimándonos al mismo precipicio que tantas veces hemos visitado. Cuando una sociedad está corrompida no hace caso de los avisos que su propio devenir le proporciona y se dirige con paso firme al matadero, sin que a nadie con poder se le haya ocurrido enjuiciar a los dirigentes que la encaminaron al desastre.

Cuando una sociedad es incívica y corrupta cree que tener los mismos derechos es ser iguales y de sus desastres echa la culpa siempre a los demás. Cuando una sociedad es desconsiderada, egoísta y altanera lo arregla todo quemando brujas. O curas, qué más da.

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