Palencia es una emoción:

20 agosto 2013

Confiesa, Mariano, confiesa

Un país digno no puede tener un presidente que mienta, que no diga toda la verdad o que simplemente encoja los hombros ante acusaciones tan graves como las que está recibiendo el PP. La dignidad de su gobierno y por tanto la de toda España va asociada a la suya.

Nos toman por el pito de un sereno, no somos nada ni somos nadie. Se burlan de nosotros desde dentro y desde fuera, aprovechan la crisis económica y moral y política en la que hemos naufragado para ajustar cuentas con nosotros. Se ríen de nuestro gobierno y de España desde Inglaterra, desde las instituciones europeas... y los nacionalistas catalanes nos tocan los tegumentos procreativos solidarizándose con el Imperio Británico, curiosa forma de nacionalismo el de ERC.

Y el señor Rajoy calla ante las fuertes acusaciones que recibe su partido. Sabemos todos, estamos firmemente seguros, que la financiación ilegal acompaña del bracete a los más poderosos, quizá no sólo a ellos, pero las sospechas más actuales, más graves y con más aspectos por aclarar atañen ahora al PP. Y Rajoy calla ¿y otorga? La sociedad española no debe vivir más acomplejada y sospechando de sus líderes, los jueces están investigando qué ha ocurrido durante tantos años en el PP, no pueden sus líderes dar la callada por respuesta.

Evidentemente la comparecencia en el Parlamento no fue suficiente, hay más dudas, más aclaraciones pendientes porque cada día surgen nuevas acusaciones que hay que refutar.  El silencio no nos vale, queremos saber qué ha ocurrido, nos gustaría confiar en nuestros partidos pero no podemos. Las acusaciones actuales rozan al presidente de un gobierno que se niega a aclarar acusaciones concretas, que acepta aparentes contradicciones entre lo que dijo en el Parlamento y las nuevas acusaciones, ¿no tiene nada que decir?

La debilidad de un gobierno afecta a todas las instituciones, cala en la sociedad, se manifiesta en todos los terrenos. Los enemigos se dan cuenta y aprovechan para burlarse de nosotros, sacar tajada y sembrar de hormigón los caladeros de nuestros pesqueros. Todo es consecuencia de la crisis moral, ética e institucional que nos afecta. Ah, y de la económica, claro. Necesitamos rehacernos, necesitamos una fortaleza de la que carecemos con un presidente del gobierno sometido a graves acusaciones posteriores a sus comparecencia parlamentaria y que se va de vacaciones... Quizá una rueda de prensa, aunque fuese tras una pantalla de plasma, en la que se desmintiesen tajantemente las alusiones de un futuro presidiario no vendría mal. Todo, cualquier cosa, antes que este silencio, no sé si culpable o cómplice, que nos propone aguantar y resistir hasta que el tiempo todo lo borre.

Y sí, no se me olvida, tengo muy presente lo de los ERE's de Andalucía y las últimas informaciones sobre las banderolas y pancartas de UGT compradas con dinero de los trabajadores. Tal para cual. España necesita una absoluta renovación de sus estructuras internas. Que nuestra izquierda sea como es, decimonónica, anclada en prejuicios, empeñada en derrotar a Franco, acomplejada por haber perdido una guerra a cuyo inicio colaboró eficazmente, es tan doloroso como tener una derecha que repite, a pesar de estar en el siglo XXI, los mismos esquemas económicos y sociales de costumbre, desinteresada del dolor ajeno, de las miserias que el capitalismo, el menos malo de los sistemas económicos-políticos, considera víctimas colaterales. Ni con esta derecha ni con esta izquierda la honestidad, el progreso y la libertad están aseguradas. Otro sistema es posible, pero el dinero, en sobres o en ERE's, es el que gana las elecciones. Así seguiremos hasta que el agua de la podredumbre y miseria morales nos llegue a las orejas.

Confiesa, Mariano, confiesa.

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