Palencia es una emoción:

19 agosto 2013

No se oye al Papa

Los cristianos de Egipto, ante la forzada islamización del país por el presidente Mursi encontraron en el ejército, musulmán pero no islamista, un asidero para no caer bajo la barbarie de la intolerancia.

Cuando sus derechos eran amenazados por las masas adoctrinadas por los Hermanos musulmanes sólo un freno en la creciente islamización de la vida civil parecía servir para sobrevivir. Apoyaron el golpe, como millones de egipcios que se manifestaron tarde tras tarde y apoyaron el golpe militar. Antes, tantas otras veces, no demasiado tiempo atrás, esos mismos militares no habían sabido defender a los cristianos coptos, siempre desplazados en su propio país, siempre apartados de la vida pública.

Hoy los cristianos son las principales víctimas de la intolerancia musulmana. De algunos musulmanes, quiero decir, de los más intransigentes, de los más asilvestrados. Y el ejército desplegado contra su propia población no evita los incendios de tantas iglesias y centros culturales católicos, twitter arde en fotos reveladoras de la barbarie cometida contra esta minoría religiosa.

No se trata de actos ocasionales, como hasta ahora estábamos acostumbrados, en los que el ejército, ese mismo ejército al que se han aferrado los cristianos, hacía la vista gorda, sino de actos repetidos, ya habituales, dirigidos a la venganza, en los que los coptos (aún guardo recuerdos de mi visita a una iglesia en ese país hace ya muchos años) son masacrados, asesinados y sus bienes y posesiones incendiados junto con sus templos.

Algunos esperamos una voz del Papa. Ya.

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