Palencia es una emoción:

31 agosto 2013

Mi apoyo al Sindicato Andaluz de Trabajadores

Leo, asombrado por su valentía, la nueva hazaña del SAT. Que un pacífico grupo de doscientas personas se haya enfrentado a un violento segurata, armado de porra y grilletes, y haya expropiado veinte o treinta libros, doscientos lapiceros y varias decenas de gomas de borrar y tras haberlo guardado convenientemente de los esbirros del capitalismo vestidos con tricornio, se disponga a entregarlos a familias necesitadas es un hecho de agradecer que me reconforta con la sociedad injusta en que vivimos, dominada por el estúpido imperio de la Ley, hecha no en el Parlamento por nuestros representantes legítimos, sino en los despachos de Carrefour, El Corte Inglés y McDonalds.

A pesar de la natural discreción con que Cañamero y sus asociados deben moverse para planificar sus acciones con las que redistribuyen la riqueza previamente robada por los sucios capitalistas, he podido averiguar gracias a una confidencia que la próxima acción que estos grandes defensores de los pobres, valedores de asalariados y parias de la Tierra llevarán a cabo no será contra ningún supermercado: en un momento lógicamente todavía no precisado se concentrarán ante la sede de UGT de Andalucía, la asaltarán y se llevarán veinte o treinta carritos cargados de langostas, jamones de Jabugo y botellas de champán francés. Descartan llevarse la moqueta de los despachos por ser poco práctico: a ver qué casa obrera iban a encontrar con suficientes metros cuadrados para volver a colocar tanta moqueta. Lo de las langostas y el jabugo tiene más fácil solución.

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