Debo reconocer que si no fuera por Leyre Pajín muchas veces no tendríamos de qué reír. España está en deuda con personajes como La Veneno, Paquirrín o Leyre Pajín. Y Bibiana Aido. ¿Para qué queremos que entre en política Belén Esteban si ya está Leyre Pajín? Personajes tan lúgubres como ellos son los que, contradictoriamente, nos alegran las neuronas cada vez que iluminan las pantallas, cada vez que ilustran las páginas de un periódico o cada vez que hacen una de sus apariciones jocosas.
Lo de los premios Goya fue algo así como una gran parada de los monstruos, desfile de deformidades progresistas, libro resumen de las sombras chinescas de la subvención editado por España Zapateril SA, gran carnaval dantesco de la España posmoderna, esperpento valleinclanesco de todos los rufianes mendicantes de una España que vive pendiente de la cámara y el micrófono, de la apariencia y del ego. Una España que juega a ver quién es más progre, a ver quién dice el disparate más gordo, a ver quién lanza la proclama más ofensiva, a ver quién es más insensato, a ver quién es el que desvaría más y más alto para recoger el aplauso fácil de la España acomplejada, burrancona y burlona, la España dispuesta a hacer escarnio del que cometa la insensatez de negarse a seguir la transitada senda por donde circula la intolerancia artístico-progresista, por donde viaja en el autobús del aplauso fácil la intransigencia hecha militancia sectaria. Si le añaden inocencia infantil y lo dejan en blanco y negro era como ver a Gaby, Miliki y Fofito dando vueltas por la pista de aquel circo de TVE. Pero con mala leche y la escopeta recortada en la liga. Los hermanos Malasombra pero sin el candor y la ingenuidad pueriles.
La peor careta de la mascarada se la puso Doña Leyre. Esa foto la retrata por fuera y por dentro, manifiesta toda su inelegancia, su falta de preparación, su tosquedad y su tozudez. Esa foto es un retrato del ánima. Del ánimo. De Pajín. Esa foto es un espejo de su alma alicorta, de su falta de cintura política y cultural, de su escasez de conocimientos y de su ofuscada militancia en una causa sin rebeldes, pues media España pasa de ella y la otra media está sometida al entontecimiento, a la zafiedad y a la estulticia especialmente programadas por las televisiones para domeñar nuestra escasa voluntad de resistencia, convirtiéndonos en paganos políticos, culturales y emocionales.
Me aterra un mundo repartido entre berlusconis y pajines, repartido entre los que piensan con la entrepierna, con pensamiento dictado por las gónadas, y los que piensan con el carnet del partido, porque su pensamiento se lo dicta la Ejecutiva Nacional que es como la entrepierna de los partidos. Unos y otros, berlusconis y pajines, son ridículos, absurdos y grotescos, carecen de actividad neuronal suficiente para darse cuenta de lo ofensivos, humillantes y retrógrados que son, hasta el punto de no ser conscientes de que de puro no pensar terminarán por no ser humanos. En realidad nos quedaríamos en un submundo de nopensamiento, una cuarta dimensión infrahumana con encefalograma plano. Volveríamos al reinado de los dinosaurios.
La revolución en Internet se llama “Papada triste de panceta”, triunfa en Facebook y en twiter y es la perfecta definición del papel inexpresivo, somnoliento y haragán de un gobierno desmañado y fútil; es la representación a todo color en papel de prensa de la insolvencia de una ministra cuya presencia sería imposible en un gobierno preparado y capaz; es el perfecto retrato de la inoperancia de un presidente de gobierno que negaba la crisis, que regalaba millones inmisericordemente mientras todos cerraban los grifos del derroche, y de su empecinamiento en ilusorias posiciones de superioridad económica sobre nuestros vecinos de la Unión Europea. Aquella profecía zapatariega le define.
Esa foto de la papada triste de panceta es un globo a punto de estallar en cuyo interior no hay nada, sólo la vaciedad más absoluta, la futilidad con rostro y maquillaje. El rostro maquillado de la futilidad.
1 comentario:
Solo a zapatero se le ocurre nombrar ministra a este personaje que pena de España poner en manos de personas asi de preparadas una nacion como españa con la historia que tiene que pena.... si tuviera dinero me iba de este pais hasta que gobiernen personas mas preparadas y cultas que estas que nos gobiernan que no saben ni hablar
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