Tres importantes empresas han retirado su publicidad de La
Noria, esa basura envuelta en luces, focos y micrófonos que Telecinco vende
cada semana a cierta parte de la ¿sociedad? Española, no precisamente la más
culta, moral o edificante. Si la basura tiene una casa, ésa es Telecinco, y si
tiene un cuarto de estar, ése es La Noria. Todo cuanto de inhumano hay en
nosotros, todo cuanto de zafio, rastrero o sanchopancesco cabe en una persona
se muestra semanalmente en la Noria. No me atrevo a decir que ese programa sea
la esencia de la basura, que sea la merde de la merde, pero
sin duda se acerca cada semana más. Quienes vivan cerca de Telecinco sabrán lo
que es vivir en un estercolero. El gran problema es sobre todo de los que lo
ven reiterada y deleitosamente, allá ellos y la neurona que les quede sana.
El caso es que la asistencia de la madre de El Cuco a… a… a “eso”
parece haber provocado la reacción desesperada de Puleva, Campofrío y Bayer,
que han retirado su publicidad de dicho ¿programa? de televisión (Esperen, ¿eso
es televisión?) dado el escándalo que sobre todo el la red se ha montado.
Estas marcas se publicitan habitualmente en La Noria, mantienen
con su apoyo económico toda la escoria inhumana que vierten allí quienes acuden
a insultar, a dar voces y a ofender la más elemental sensibilidad humana. Son sepulcros
blanqueados, estrafalarios fariseos de cuello duro y corbata que han mantenido
los ingresos de esa cadena constantemente, apoyando con sus anuncios la
producción de carroña cultural, cuyo récord universal está sin duda en poder de
Telecinco. ¿Es que antes de la madre de “El Cuco” no existían las mismas
profundas razones por las que alejarse de dicha basura? ¿Es la primera vez que
los directivos de estas empresas son conscientes de que publicitándose en dicho
¿programa? apoyaban sin ambages la telebasura? ¿A qué viene ahora ese ejercicio
de cinismo, ese mesarse los cabellos, ese rechinar de dientes? ¿A que los hemos
pillado? ¿Es que el currículum de presentador y programa no hacía previsible algo como lo ocurrido? Estas empresas ha pretendido lucrarse del programa a base de publicitarse
en él sin que les importara lo más mínimo la catadura moral del tal Jordi González
ni los contenidos despreciables que vomitaba su programa, pero de pronto
descubren lo malo malísimo que es, se escandalizan como novatas ursulinas y
preguntan como Steve Urkell: “¿He sido yo?” Con ellos la repugnancia asciende a
sus cumbres más elevadas, la telebasura les sirve para todo.
1 comentario:
Comparto totalmente el fondo de indignación que expresas sobre los contenidos de este tipo de programas, pero me temo que desconoces totalmente como funciona el mundo de la publicidad.
Es normal, no es una crítica,no es facil saber desentrañar la complejidad de agentes que operan en los mercado publicitarios, no solo consecutivamente sino en operaciones en paralelo.
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